Viernes 03 de junio de 2022

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Junto a la actividad productiva minera en el distrito de Huanuni, considerada una de las más importantes en la minería estatal del país, de manera paralela se registra una actividad delincuencial que no puede controlarse, pese a las medidas de control, inclusive policial, en interior mina, como en los registros de la entrega de concentrados por los trabajadores.
No hay denuncia oficial por parte de personeros de Comibol, tampoco de la propia empresa minera sobre robo de minerales. Eventualmente se producen informes esporádicos sobre algunos hechos descubiertos en interior mina cuando de ubican ciertas cantidades de mineral, mimetizadas para su extracción y destino irregular, sin embargo, los trabajadores guardan silencio y los ejecutivos prefieren “ignorar” esos delitos que son frecuentes y que en todo caso restan una apreciable cantidad de concentrados comercializables y de beneficio para la empresa y la Comibol, tomando en cuenta que el negocio de la minería está concentrado en La Paz, sin que un beneficio especial y exclusivo por el lugar de su obtención, tal el caso de minerales de Huanuni, beneficien a Oruro con regalías directas, las que son “manejadas” en la administración central de la estatal minera y sólo con alguna “información referencial” para justificar su procedencia, pero no su destino.