Los olvidos del relator especial

En el informe final del relator especial para la Independencia de Jueces y Abogados de las Naciones Unidas, Diego García-Sayán, sobre su visita a Bolivia, omitió los casos de vulneración a los derechos ciudadanos que ocurrieron en 2019 en Montero, Vila Vila y Playa Verde, pese a que se le alertó de ellos.

En Montero, luego de un enfrentamiento entre cívicos y afines al Movimiento Al Socialismo, MAS, hubo dos muertos. En Playa Verde, un grupo de mineros cooperativistas fueron emboscados con armas de fuego y dinamita, no hubo muertos pero sí varios heridos.

En Vila Vila tampoco hubo fallecidos, pero sí heridos, mujeres universitarias que denunciaron abusos sexuales, fueron desnudados, agredidos y secuestrados, además que las ambulancias que iban a prestar ayuda a los heridos eran apedreadas.

Si se tiene que impartir justicia debe ser para todos y si hay culpables todos deben pagar el daño que causaron. Hay muchos ciudadanos libres después de haber perpetrado hechos vandálicos, inclusive se quemó decenas de buses Pumakatari, pero no hay detenidos en ese caso, como si los buses no les costasen dinero a los contribuyentes.

Tampoco se habla de resarcir los daños sufridos por la periodista Casimira Lema y el exrector de la Universidad Mayor de San Andrés, Waldo Albarracín, a quienes se les quemó la casa.

Es cierto que se debe resarcir a todas las víctimas, pero también hay que reconocer que en la época convulsionada que se vivía en Bolivia en 2019, muchos salían a golpear a la gente de a pié, a saquear negocios, a destrozar vehículos de servicio público o particulares, inclusive pedían guerra civil, por lo que se pedía que las fuerzas del orden salgan a realizar su trabajo, es decir, a poner orden.

El informe de García-Sayán servirá como parámetro para comenzar un cambio en las leyes y en la administración de justicia, para independizar los poderes del Estado, sobre todo el Judicial, aunque tenga algunas falencias.

Sin embargo, dicho informe sólo da recomendaciones al Gobierno, será éste el que siga las mismas o no, además que será el encargado de completar las omisiones, si existen más víctimas, aunque en el informe no se les haya mencionado, es obligación del Estado resarcir a todos los damnificados.

Asimismo, tanto el informe como los hechos de esos convulsionados días, sirvieron para aprender una lección por demás importante, y es que la violencia no soluciona nada, sino que trae más violencia, más pena y dolor, más problemas y hogares rotos, por lo que bajo ningún concepto se debería repetir.