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Sábado 21 de mayo de 2022

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Revista Tu Espacio

EL ARTISTA DE LA SEMANA

Poesía hecha canción, la pluma mágica de Matilde Casazola

21 may 2022

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Referente indiscutible de la cultura boliviana, Matilde Casazola encantó a todo amante de la poesía como de la música. Sus letras rinden homenaje al amor, a su patria y a cuanta vivencia tiene, se convirtió en las preferidas de muchos.

Sus inicios estuvieron marcados por la poesía, mientras crecía en un hogar influenciado por las artes, propicio para que una pequeña Matilde Casazola desarrollara su talento y canalizara sus pensamientos con tinta sobre papel.

Don Jaime Mendoza, médico de profesión, pero que encontró el gusto en la escritura, plasmó en libros lo que él soñaba para Bolivia, su visión de un país próspero y un amor tan grande por su tierra que fue inculcado en su nieta, aunque no lo conoció personalmente; ese mismo sentimiento se puede apreciar actualmente en muchas de las composiciones de Casazola,

Los hijos de don Jaime siguieron el mismo camino; Gunar Mendoza, amante de la historia y archivista notable; Tula Mendoza, quien se destacó como poetiza y pianista, inculcó el mismo rumbo artístico a sus hijas, Matilde y Gabriela.

Creciendo en una familia inclinada a la literatura y la poesía, resultó fácil para la artista desarrollar las mismas inclinaciones; su curiosidad y posterior afinidad por la música fue gracias a un tío guitarrista, instrumento que Matilde adoptaría.

Estando en el colegio, su curiosidad musical no hizo más que aumentar, es así como estudió piano por dos años en la sección musical de la Escuela de Maestros; gracias al conocimiento académico adquirido, más su creciente interés por la música, encontró la motivación para aprender a tocar el instrumento de las seis cuerdas de manera autodidacta.

“Aprendí viendo tocar a otras personas, a mi tío, a otros músicos; así fui descubriendo el amor a la música y a la guitarra especialmente”, explicó. Tiempo después y decidida a perfeccionar su técnica es que tomó clases con el eminente maestro Pedro García.

Fue mientras estudiaba, el instrumento que descubrió que su curiosidad iba en realidad mucho más allá, ya no solo quería interpretar las melodías de alguien más, quería crearlas; y sus poemas poco a poco se convirtieron en letras de canciones, “extrañas” según Matilde, pero se convirtió en su sello personal.

Mientras sus aptitudes para la composición fueron desarrollándose, se dio cuenta del verdadero impacto que tenían las canciones, capaces de tocar los corazones de la gente y dejar huella en sus vidas, atravesando tiempo y distancia; siendo tan noble que cualquier persona podía interpretarlas.

Pese que sus composiciones tomaron forma ante sus ojos, tardó mucho tiempo en reunir el valor para mostrarlas al público, para ella fue inevitable sentir que su trabajo era muy suyo, íntimo y personal; sin embargo, después de acumular una buena cantidad de canciones, escogió una para que su esposo, un artista de títeres, fuera el primero en escucharla.

Junto a su marido recorrieron Argentina, él con sus títeres y ella con su poesía, no fue hasta nueve años después que decidió no solo volver a Bolivia, sino compartir su arte, en la que tanto tiempo trabajó, con el resto del mundo, y con esa determinación organizó sus primeros recitales y difundir sus obras.

Su música tan única y de características particulares llamó la atención de varios artistas que querían cantar sus canciones, un Luis Rico al inicio de su carrera fue uno de los primeros en acercarse a Matilde para trabajar juntos.

Ema Junaro, quien evolucionaba en ese entonces, expresó su gran interés en grabar un disco únicamente con las composiciones de Matilde; con ayuda del compositor uruguayo Fernando Cabrera es que ese proyecto se hizo realidad.

“Hicieron un disco muy interesante, con muchos instrumentos y musicalizaron 11 temas míos con la voz de Ema; resultó en un trabajo que despertó mucho el interés de la gente que gusta de la música nacional”, recordó orgullosamente.

Pese a que muchos de sus primeros recitales fueron en La Paz, Sucre también fue uno de sus escenarios recurrentes, siendo el lugar donde radicaba su familia, inevitablemente llegaba para mostrar su arte.

LA ARTISTA

Matilde Casazola tiene clara su posición y perspectiva respecto a la vida de las personas que se dedican a las artes.

“El trabajo del artista tiene que ser bastante fiel a su arte, tiene que dedicarle tiempo y ser exigente con su propia producción; debe mostrar su trabajo con recitales, yo lo he hecho durante muchos años”, recordó.

Desde que comenzó a compartir su música con los demás, se dio cuenta de que esas composiciones tan influenciadas por la poesía, con letras que reflejaban esas características, en realidad le gustaban mucho a la gente, especialmente a otros artistas, quienes poco a poco incluían con mayor frecuencia el trabajo de Matilde en sus propios repertorios.

Los cantantes profesionales, quienes vivían de su arte y viajaban al extranjero fueron los que popularizaron las obras de Matilde, hasta que poco a poco se convirtieron en los clásicos del folklore boliviano que son ahora, indispensables cuando los gustosos y entendidos hablan y escuchan música nacional.

Definitivamente, el éxito de Matilde fue gracias a su talento para fusionar armónicamente la música y la poesía: “El mensaje poético es algo que llega a la gente y se apropia de esas canciones. Ha sido un trabajo de muchos años y a mí me llena de emoción que se haya difundido tanto”, afirmó.

EL PROCESO ARTÍSTICO

Reunir música y poesía es un proceso por demás interesante para esta artista, quien logró esta fusión mientras jugaba con ambos; entre acordes y punteadas surgieron sus primeras melodías, que posteriormente fueron acompañadas por frases surrealistas que se convirtieron en más llamativa característica.

Pese a que lleva años haciéndolo, Matilde sigue apreciando su proceso como el primer día, al que comparó como un tejido que toma forma poco a poco, que se adapta de acuerdo a cómo se desarrolla la canción.

“No son poemas que están escritos y que se les ha puesto la música; son letras que van naciendo y van encontrando su argumento”, enfatizó al mismo tiempo de explicar que el proceso de fusionar poesía y música puede tardar hasta tres días, en medio de memorizaciones y otras facetas que la artista atraviesa.

Matilde encuentra inspiración principalmente en sus sentimientos y vivencias que atraviesa en momentos particulares de su vida, que se transfiguran en una poesía y en una melodía, cada una con su tiempo, argumentos propios y razones de ser.

“La cueca del retorno”, por ejemplo, nació en una ocasión en que Matilde regresó a Bolivia, pero con una sensación distinta a otras veces que lo hizo, en su alma sabía que se quedaría en su Patria mucho tiempo, después de una vida viajera que no se lo permitía.

Para Matilde, sus obras son como sus hijos: “El creador es como un padre o una madre, da a luz a sus obras y las quiere a todas por igual, unas más morenas y otras rubias, una más bonita y otra más narigona; pero todas tienen su encanto y a cada una se la mima muchísimo”, aclaró.

Innegablemente, hay obras que reciben mucha más atención del público que otras, se popularizan y se hacen de un sitial privilegiado entre el gusto de la gente, sin embargo, eso no significa que sean mejores o más importantes que las canciones que no gozan de la misma apreciación.

EL FUTURO

Matilde, como muchos artistas durante la pandemia, encontró refugio en su arte no solo para el encierro, sino también para distintos problemas de salud que la aquejaron, gracias a eso es que en este momento trabaja en algo nuevo.

Agradecida con la vida por darle la oportunidad de seguir escribiendo, la artista reveló que ya lleva un buen tiempo trabajando en 12 temas, entre muchas otras obras inéditas. Fiel a sus inicios, también adelantó que trabaja en un poemario que rescata algunos de sus trabajos anteriores, acompañado de versos inéditos en los que también ha estado trabajando.

Es la esperanza de Matilde que llegue el momento correcto para que estos trabajos salgan a la luz y estén a disposición del público, quienes seguramente acogerán con mucho entusiasmo todo lo que la artista tenga para ofrecer, producciones de la mejor calidad como ya es sabido.

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