Pugnas por tierras

Aunque no se ha escuchado de manera reciente en Oruro, en localidades de otros departamentos del interior de Bolivia se enfrentan por problemas limítrofes que hasta la actualidad no han sabido solucionar.

De manera reciente, en Tinguipaya, Potosí, poco después de recibir la visita del vicepresidente, David Choquehuanca, se enfrentaron con el saldo de dos personas fallecidas, al principio se pensó que se trataba de una reyerta por excesivo consumo de alcohol, pero el ministro de Gobierno señaló que se trataba de una disputa por límites.

En Cochabamba también se reportan enfrentamientos violentos en diferentes zonas, como en Arbieto, donde se presentan dificultades limítrofes y, pese a la intervención de las autoridades, el conflicto no halla solución hasta la fecha.

Aunque, como se indicó al principio de esta columna, en Oruro no se tuvo enfrentamientos por límites desde hace muchos años, pero tampoco se han solucionado los problemas limítrofes que el departamento tiene con otras regiones como La Paz, Cochabamba y Potosí.

Una opción que planteó el alcalde de La Paz, Iván Arias, ante otro problema de límites suscitado en ese municipio, es que se resuelva por una consulta o referendo sobre a qué comunidad prefieren pertenecer los pobladores del territorio en conflicto.

Quizás esa puede ser una solución, pero también se debe trabajar en definir de una vez por todas los límites territoriales en todo el país, para evitar el enfrentamiento y derramamiento de sangre boliviana, por las pugnas entre hermanos que pelean por tener más y mejores terrenos y recursos.

Hace mucho, cuando comenzaron las primeras confrontaciones entre Oruro y habitantes de otros departamentos, se debió delimitar todo el territorio de cada región del país porque por un trazo mal realizado en un mapa se vienen los conflictos y enfrentamientos violentos.

El más reciente conflicto entre Oruro y Potosí fue por el trazo mal hecho del salar de Thunupa, que los vecinos bautizaron de Uyuni y quisieron apropiarse de él en su totalidad, con el argumento de que el límite natural deja a Oruro sin parte en ese salar, lo cual no es verdad.

Ahora que las cosas están en calma, es el momento para realizar un saneamiento y delimitación de los departamentos y sus respectivos territorios, para evitar que se vuelvan a enfrentar entre hermanos y se derrame sangre boliviana, el país es bastante extenso y con una gran variedad de climas y paisajes, en lugar de enfrentarse por terrenos o territorios, debemos unirnos para lograr el pleno desarrollo de la nación y llevarla hacia un futuro próspero y lleno de paz y armonía.