Obras de colores

En un acto realizado en Coto a, el Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, aseguró que Santa Cruz no volverá a pintarse de verde, porque “la obras vienen de azul”, haciendo alusión a que es el partido de Gobierno que gesta y gestiona las mismas, aunque reconoció que el dinero sale del Tesoro General de la Nación, TGN.

En el pasado, Arce Catacora, en un acto realizado en los Yungas de La Paz, también hizo alusión al color de su partido en relación a las obras, pues condicionó a que se apoye a su tienda política para recibir obras. Entonces, su discurso fue muy criticado por el condicionamiento, ya que él no es presidente de un partido sino de toda una nación que tiene seguidores y opositores.

En el caso de Arce, se debe comprender que el TGN le pertenece a todos los bolivianos y no sólo a un partido, aunque está en función de Gobierno no es el dueño del país, por eso mismo se fue Gonzalo Sánchez de Lozada, creía que los recursos eran de su propiedad, y así no puede funcionar un país.

El TGN se construye a partir de los impuestos de los ciudadanos, además de sus reservas en minerales como el oro, por lo que el hecho de que un gobernante gestione obras para determinadas regiones no quiere decir que está regalando con dinero de su bolsillo y menos que está haciendo un favor a la población, ya que es la población que los elige para ser representantes, ellos son los empleados de la ciudadanía y no al revés.

Quienes son contribuyentes, es decir, quienes pagan sus impuestos, son lo que están pagando esas obras, y aquí hacemos un paréntesis para indicar algo que casi todos lo saben, en Bolivia no todos son contribuyentes, por ejemplo los gremiales y los cocaleros entre otros, por lo tanto los pocos tributantes son quienes pagan las obras para todos, incluso para quienes no pagan impuestos.

Por lo tanto, las obras no pueden tener los colores de un partido político, aunque esa sea una estrategia para recordar qué Gobierno gestionó la obra, pero también debería haber un color que les recuerde a los políticos que en primer lugar gobiernan para seguidores y opositores, y que el dinero de las obras no sale de sus bolsillos ni del partido, sino que provienen de los contribuyentes y de los recursos naturales del país, que les pertenecen a todos los nacidos en él.