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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Día del Trabajador, 1 de mayo - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Cada 1 de mayo se recuerda una manifestación obrera en Estados Unidos que marcó un antes y un después para los trabajadores de todo el mundo. El reclamo era claro: reducir la jornada laboral a ocho horas, cuando lo “normal” era trabajar entre 12 y 16 horas.
La magnitud del movimiento, calificado como “indignante, irrespetuoso y poco patriota”, causó preocupación al gobierno norteamericano de entonces y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas, el inicio de una revolución anarquista.
En 1886, ante la presión de los obreros, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, estableció la jornada de ocho horas de trabajo diario por ley.
HISTORIA
Los hechos están contextualizados en los albores de la Revolución Industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX, Chicago era la segunda ciudad en número de habitantes de Estados Unidos.
Del Oeste y del Sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergaban a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a migrantes llegados de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. El objetivo prioritario era hacer valer la máxima de: “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”.
En este contexto ocurrieron varios movimientos; en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas.
Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, “salvo caso de necesidad”. Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), inicialmente socialista (aunque algunas fuentes señalaron su origen anarquista).
CONGRESO
En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, ésta había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, yéndose a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer leyes en ese sentido en sus jurisdicciones.
Esta resolución despertó el interés de las organizaciones, que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas.
En 1868, el Presidente Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas, aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas entre 14 y 18 horas.
Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la Ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. La prensa generalista de Estados Unidos, reaccionaría y alineándose con las tesis empresariales, calificaba el movimiento como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y manifestó que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
MOMENTOS CLAVES
Una vez establecidas las ocho horas laborales, los trabajadores de la fábrica McCormick de Chicago reivindicaron el nuevo acuerdo en la puerta de la fábrica que no reconocía la victoria de los trabajadores. Era el 1 de mayo de 1886 y la Policía disparó contra los manifestantes desatando una nueva ola de protestas.
En los días siguientes murieron más trabajadores y una bomba estalló contra las fuerzas policiales, en lo que actualmente se conoce como “el atentado de Haymarket”.
El sábado 1 de mayo de 1886, al menos 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peores que en otras ciudades del país, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica en operaciones que trabajaba era la de la maquinaria agrícola Helmans que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad de sus salarios para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2, la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas.
Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo seis muertos y varias decenas de heridos.
LA REVUELTA DE HAYMARKET
Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20.000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La Policía abrió fuego contra la multitud matando a 38 personas y dejando más de 200 heridos.
Chicago fue declarada en estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del uniformado.
El 21 de junio de 1886 comenzó un juicio a 31 obreros acusados de haber sido los autores del conflicto. Pese a que su culpabilidad nunca fue probada, todos fueron condenados: Dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca.
MÁRTIRES
Los mártires de Chicago fueron principalmente periodistas y trabajadores gráficos, entre ellos: Michael Schwab, Louis Lingg, Adolh Fisher, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Hessois Auguste Spies, Oscar Neebe, George Engel. Louis Lingg, el día anterior a su ejecución, apareció en su celda herido de muerte, con un cartucho de dinamita explotado en su boca
BOLIVIA
En la actualidad, muchos países entre ellos Bolivia, celebran el 1 mayo como el origen de las conquistas laborales del movimiento obrero y es una fecha propicia para reflexionar sobre los desafíos que quedan pendientes.
Fuente: LA PATRIA
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