Mario Alberto Panozo Vargas

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Podríamos llenar cientos de páginas escribiendo tan solo una parte de la exitosa vida de Mario Alberto Panozo Vargas, un hombre que ya sea en su faceta de futbolista, docente o ingeniero, brilló con luz propia y demostró ser un ser perseverante e incansable trabajador.

Toda gran obra debe estar cimentada en una base fuerte y resistente; eso hizo Mario Panozo con su vida profesional, pues cuando cursaba la etapa escolar se le presentó la oportunidad de seguir sus estudios en la Escuela Industrial “Pedro Domingo Murillo” de La Paz, donde no solo obtuvo el bachillerato sino también el grado de técnico electricista.

Los conocimientos adquiridos a nivel técnico, le sirvieron mucho cuando decidió ingresar a la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Técnica de Oruro, porque rápidamente destacó entre sus compañeros y llamó la atención de los docentes. Su capacidad le llevó a ser ayudante de docencia, suplente y, tras obtener el título, docente de matemáticas y otras materias.

La docencia le gustaba mucho, pero siempre tuvo la inquietud de ejercer su profesión en el “campo de acción”, por eso cuando cerró la universidad por el golpe de Estado de Hugo Bánzer, no dudo en encarar otros proyectos.

La escasez de trabajo en Oruro, lo llevó a emigrar al Beni, donde se reencontró con un viejo compañero de la “U”, con quien efectuaron una serie de obras en aquel departamento; pensó asentarse allá, incluso incursionar en la ganadería.

Pero su prestigio y capacidad, motivó a su antiguo docente y apreciado amigo, don Edmundo Mirones, a convocarlo para que asuma como jefe del Departamento de Ingeniería Civil en la UTO. Fue una decisión difícil, pero finalmente retornó a Oruro y se metió de lleno a la docencia.

Una vez más su espíritu trabajador le llevó a dejar la universidad y acudió al llamado de la antigua ENAF, hoy Empresa Metalúrgica de Vinto, donde participó de la construcción de grandes estructuras, fundamentales para Oruro y el país en el campo de la minería y la fundición.

Nuevamente fue llamado por la UTO, pero esta vez Mario Panozo aceptó con la condición de ejercer su profesión a plenitud, es decir, acudir a realizar cuanta obra pueda, mientras continúa enseñando algunas materias. Y así fue entonces, que continuó trabajando desde entonces.

El Hospital Seton en Cochabamba, el estadio Jesús Bermúdez en Oruro, la empresa ENAF, edificio de Correos en Sucre, Enalbo, etc., son solo algunas obras en las que estuvo involucrado; tan solo una pequeña muestra de la grandiosa vida profesional de Mario Panozo.

“Uno tiene que ser valiente, se tiene que perseverar en la intención de ejercer la profesión”, sentencia Mario, como mensaje a las generaciones que vienen.