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Edgar Ríos Juaniquina - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 01 de mayo de 2022

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Oruro Productivo

Edgar Ríos Juaniquina

01 may 2022

“Tengo hilos y agujas en las venas”

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Con un don innato adquirido desde la cuna, Edgar Ríos es el fiel representante del arte nativo en la Capital del Folklore de Bolivia, en cuyas manos está la creación de verdaderas obras que engalanan cada año al Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Pero, para este gremio no solo se necesita habilidad, sino también dos elementos fundamentales que marcan la diferencia, como es la humildad y la responsabilidad, pilares para llegar al éxito.

“Don Edgar” como le dicen la mayoría de sus clientes, tiene en la sangre hilos y agujas que recorren por sus venas y hacen posible resaltar la Obra Maestra con trajes de diablo, Lucifer, china supay, entre otros.

Sus inicios se remontan cuando apenas tenía siete años, a esta edad veía cómo su papá afanadamente en la época previa al Carnaval se encargaba de cumplir con el trabajo encomendado. Sabía que su mentor necesitaba ayuda y a su corta edad, colaboró con el bordado, agujas, hilos, lentejuelas, mostacillas, canutillos, hilo Milán eran sus herramientas para comenzar a crear.

En su mente, siempre estuvo mantener la tradición de la cultura orureña, preservando las cuatro plagas que hacen a la Mitología del Carnaval de Oruro, como el sapo, las hormigas, el lagarto y la víbora. Así pasó su vida, al interior del taller de su padre, luego de su hermana mayor.

Sin embargo, el espíritu de independencia llegó a su ser y decidió establecer su propio taller ubicado en la calle de Las Artes, como se la conocía antiguamente, hoy calle La Paz.

Empezó de a poco, pero con una gran experiencia encima, ya que se conocía todos los “secretos” de los bordados. No solo su trabajo fue su presentación ante los clientes que quedaban maravillados, sino también su calidez al momento de atender. Una sonrisa, cuya característica es esencial, además de un trato cordial, sellaba el negocio para prosperar.

Como la responsabilidad era un valor adquirido desde niño, su consigna era terminar de entregar los contratos, unos días antes del Sábado de Peregrinación, para no fallar a ninguna de las personas que confiaban en él, también se daba el gusto de ir a disfrutar de la Entrada, cuya gratificación era ver sus trajes, lucidos por cientos de danzarines rumbo a los pies de la Virgen del Socavón.

Es tal la calidad de su trabajo, que en una ocasión recibió la visita de unos franceses; en dicha ocasión, uno de ellos decidió disfrazarse para sorprender a su compañera, quien al verlo reaccionó casi con un desmayo, al ver semejante belleza.

Pasaron cinco lustros desde el establecimiento de un taller propio y Don Edgar se mantiene fiel a sus principios, responsabilidad y humildad. Con la pandemia a causa del Covid-19, añadió otra, como es la de levantarse ante la adversidad, mensaje que ahora lo tiene presente y compartió con las futuras generaciones.

Su deseo es que sus hijos mantengan el legado que él heredó de su padre, para mantener viva la majestuosidad del Carnaval de Oruro.

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