Más que un asunto de farándula

Aunque se trata de un hecho generado en el ámbito de la farándula, el golpe que el actor Will Smith le dio al comediante Chris Rock fue la noticia del día, hubo muchas opiniones acerca del incidente y por supuesto que en las redes sociales, los “memes” aparecieron por montones.

Lo relevante de analizar dicho incidente va más allá del asunto de la farándula, porque brinda una buena oportunidad para el análisis, ya que el oscarizado actor reaccionó de esa manera ante las burlas del comediante hacia su esposa Jada, pues muchos internautas cuestionaron la violenta acción de Smith.

Luego de un rato, Will se disculpó con lágrimas en los ojos, pero en el momento en que ve la expresión de disgusto que hace la también actriz Jada Prinklet Smith, fue entonces que se acercó calmadamente el actor y de repente le propinó un golpe al comediante para luego gritarle desde su silla que no hable más de su esposa y menos para burlarse de ella.

Esa actitud de burlarse de los demás, apelando al físico fue copiada y pasada por generaciones, aceptada y enseñada como si fuese un hecho normal, es por eso que en las escuelas muchos estudiantes acosan a otros y difícilmente los agresores lo reconocen y enmiendan su conducta.

Se debe entender que valerse de algún rasgo físico de una persona para burlarse y acosarla no está bien, no sólo hiere sus sentimientos, sino que puede provocar traumas y resentimiento en las víctimas, lo que significa que esas personas a la larga tendrán desconfianza y traumas.

Existe una frase que señala “es mejor reírse con una persona, que reírse de ella” y esa pequeña diferencia fortalece la autoestima y por ende mejora las relaciones y la propia percepción que tiene cada quien sobre sí mismo.

Es mejor reírse de cosas que pasan o por absurdos que se salen de lo que consideramos normal, pero cuando apelamos a los defectos de una persona para hacer sorna de eso, ya no es correcto.

Lo correcto sería enseñar a niños y adolescentes a elogiar a las personas, ojo que no estamos hablando de adular, que es otro extremo dañino. Además de enseñar a elogiar, se debe mostrar, con el ejemplo, el respeto que se debe a la otra persona, también el valorarla.

Lo correcto también es que como adultos demos el ejemplo a nuestros hijos, los guiemos y les enseñemos valores como el respeto, la valoración, el cariño, el aprecio, la amistad y otros más, para construir la sociedad del futuro, mucho más comprensiva, empática, respetuosa, por lo tanto mucho mejor, además, los docentes tienen que reforzar el mensaje positivo que enseñan los padres y de esa manera veremos los cambios en nuestra sociedad.