Domingo 27 de marzo de 2022

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¿A quién no se le eriza la piel al escuchar Terremoto de Sipe Sipe? A Diego Mondaca le pasó cuando la oyó por primera vez de niño. Y se le escapó más de un lagrimón ya de adolescente cuando esas notas despidieron a su abuelo excombatiente.
Cuenta Diego: “el estudio de Jenny Cárdenas (Historia de los boleros de caballería) es potente y muy valioso. Fue muy importante para entender los caminos del bolero de caballería. Vital. Pero también está la “conceptualización del bolero” más allá de un contexto que lo fue transformando y resignificando hasta hoy. En eso don Alberto Villalpando fue fundamental: ¿cómo entender la musicalidad del bolero de caballería?
Al explicar la investigación que desembocó en la publicación de su texto en 2015, Jenny Cárdenas cuenta –en un antiguo diálogo justo a propósito de ese lanzamiento– que estos boleros surgieron en el siglo XIX y que siempre estuvieron indisolublemente ligados a las bandas del Ejército: “la Guerra del Chaco es, entonces, el escenario más propicio –por decirlo de alguna manera– para que ancle, se enraíce en el alma, en la memoria de toda la gente que asistió, como actor directo, o como familia o sociedad a lo que ocurría en esa guerra. Y de allí, siguió acompañando toda confrontación social, inclusive si no había muertos, para significar que estaba sucediendo un hecho de violencia política”.