Universidades no cumplen los requerimientos de las empresas

Mediante un estudio realizado por la Unifranz se determinó que en el 85 por ciento de las empresas analizadas, se considera que los estudiantes universitarios están medianamente o mal preparados para la vida laboral y no necesariamente cumplen los requerimientos de las mismas.

Cuando se habla de educación en Bolivia salen a la luz muchas falencias, ya que el sistema educativo, pese a las reformas que tuvo aún se tiene un largo camino que recorrer para llegar a ser de gran calidad, si bien hay universidades que trabajaron duro para acreditarse como plenas y de excelencia en el mundo aún hay mucho por hacer.

En primer lugar, se debe replantear la educación inicial, primaria y secundaria, que son la antesala de la educación superior, ya que desde ahí comienzan los vacíos en el proceso enseñanza - aprendizaje.

Por otra parte, se descuida bastante la nutrición y la salud, que también están ligadas a los resultados de la educación en todas sus etapas.

Cada etapa y cada aprendizaje tiene su razón de ser y si todo ello va acompañado del cuidado de la salud física y emocional, los resultados serían más favorables, por eso es importante una buena alimentación, ejercicios físicos y mentales, además de enseñar a los estudiantes cómo gestionar las emociones.

Si se cumplen todos esos pasos y requisitos, la teoría y la práctica serán realmente mucho más fáciles de asimilar.

No obstante, no sólo se trata de eso, debe haber una constante coordinación entre universidades y empresas, para evolucionar a la par de lo que el mundo necesita, para que los contenidos programáticos en educación superior sean realmente una respuesta a las necesidades del mundo laboral.

Si se realizara esa coordinación permanente se tendría profesionales capacitados para la mejora continua y se podría buscar, en ambos ámbitos, la excelencia.

La realidad es que muchos jóvenes son excelentes estudiantes, tienen notas sobresalientes, pero llegan a una empresa y parece que no supieran nada, deben empezar casi de cero, porque los procedimientos y ritmo de trabajo de éstas son bastante más distintos.

Las empresas capacitan a los jóvenes que lo necesitan, pero si ellos llegaran con los conocimientos necesarios a la empresa, sólo se necesitaría una sesión para interiorizarle sobre la forma de trabajo y otros detalles que conciernen sólo a la corporación que está contratando a ese profesional.

Todo lo antes mencionado, se traduciría en ahorro de tiempo y recursos económicos para las empresas, además una garantía de calidad para las mismas, por eso es necesario que empresas y universidades consensúen los contenidos programáticos, por el bien de los profesionales, de las empresas y también de las casas de estudios superiores.