Mascotas y la lección de los ucranianos

Un gesto, de los ucranianos que huyen de la guerra, muy elogiado en las redes sociales, fue que pese a las condiciones adversas que deben soportar, muchos de ellos se llevaron consigo a sus mascotas, y eso se pudo evidenciar por las fotografías que se les tomó ya sea en la travesía hacia lugares más seguros y en los campamentos de refugiados.

Muchas personas, cuando llega el momento de mudarse, deciden dar a sus mascotas en adopción y los más crueles hasta los abandonan a su suerte, sin importar si sobrevivirán, por lo que el gesto de los ucranianos fue aplaudido y elogiado por los cibernautas.

Detrás de cada fotografía de los ucranianos que aparecen con sus mascotas, hay una historia de amor, de lealtad, de temor y de sentimientos encontrados, que no se cuentan, pero se ven.

Para muchas personas, las mascotas, o al menos los perros, son parte de su familia, los ven como si fueran hijos humanos, y los consienten bastante, por eso no pueden imaginar la vida sin sus animales. Sin embargo, también existe la otra cara de la moneda, personas a quienes no les importa dejar atrás a sus mascotas. Y diríamos que, en un punto neutro, hay quienes consideran que no pueden llevar consigo a sus mascotas, pero se encargan de buscar un hogar seguro y amoroso donde dejarlos en adopción.

Por su parte, los animales, en especial los canes, suelen ser leales hasta la muerte, un ejemplo icónico es Hachico, un perro que inspiró la película que lleva el mismo nombre, por la lealtad que tuvo con su amo, a quien recibía todos los días en la estación de trenes, pero un día el dueño del animal no regresó, porque tuvo un infarto mientras trabajaba, aun así Hachico volvía todos los días a la estación a esperarlo, hasta el día de su muerte.

Una historia similar se repitió en Bolivia, cuando se vio a un can en el aeropuerto de Viru Viru, supuestamente esperando ver a su dueño, lo cual se interpreta como un gesto de lealtad y fidelidad incondicionales. Actitud que no sólo debemos imitar, sino que debemos aprender de ella para cultivar tan importantes valores y principios, además de practicarlos tanto con las mascotas como con otras personas, en pos de mejorar las relaciones humanas en la sociedad.