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El lenguaje y el poder - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 13 de marzo de 2022

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Revista Dominical

El lenguaje y el poder

13 mar 2022

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Por: Práxides Hidalgo Martínez

No sabemos si ya en el siglo XXI concebimos el lenguaje como sinónimo de pensamiento porque todavía se ofertan “cursos de nivelación en gramática”. Lo hemos manifestado en muchas ocasiones, el estudio de la gramática nos ayuda a una mejor comunicación. Pero, su enseñanza y aprendizaje no debe estar divorciada de la comunicación; estudiarla a partir de un interés práctico, para hablar y escribir correctamente.

El lenguaje tiene estrecha relación con el desarrollo social del ser humano, como afirma acertadamente Jorge Armando Espinoza Osorio: “en primer momento su importancia radica en que el lenguaje existe en todas y cada una de las estructuras sociales, sin él la concepción de pensamiento y razonamiento no tendría sentido en la historia de la humanidad, el pensamiento, siguiendo a Vygotsky (2010), es un producto de la mente en tanto proceso de abstracción que parten de la operación racional, la imaginación, la creación, la comparación, la síntesis, entre otros más, se construyen con base al lenguaje, para este autor el lenguaje permite la estructuración de los pensamientos, pues sin lenguaje como mediador la expresión material del pensamiento no es posible, de ahí la importancia en comprender la diferencia entre lenguaje y habla, para diferenciar las funciones que le son otorgadas en un contexto determinado y su uso”

Nos apoyamos en la anterior cita para este comentario, ya que si estamos conscientes de que a través del lenguaje manifestamos a los otros nuestro pensamiento, entonces, tendremos que aceptar también que es la interpretación de la realidad de cada quien, es el mediados entre la realidad y el pensamiento.

Sin embargo, aquí surge la preocupación, ya que los mensajes que nos llegan a través de diferentes medios, hoy más que nunca debido al avance de la tecnología, no los analizamos, no descubrimos en ellos las verdaderas intenciones comunicativas de quienes emiten los mismos. A lo que debemos agregar que solo concebimos el lenguaje, como habla, es decir simple emisión de palabras, por lo cual algunas de ellas se consolidan como verdades indiscutibles.

Les invitamos a recorrer por unos minutos lo que estamos viviendo no solo en nuestro contexto social, económico, político, sino también mundial, comprobaremos, si somos analíticos, que algunas palabras, es decir conceptos, ya que ellas encierran a estos, se han acuñado y han cobrado carta de ciudadanía por lo cual se convierten en verdades de acuerdo a los intereses de quienes las emiten y quienes actúan respondiendo a los mismos.

Además, de acuerdo a las circunstancias que vivimos también cambian o se acuñan nuevos términos, está latente lo que devino con la pandemia del COVID 19 y las posturas frente a la misma, tanto de las personas en forma individual, grupal, pero también del poder de los estados, no sola de Latinoamérica, sino del mundo.

No es solo en este tiempo, quienes han ostentado el poder, y cuando nos referimos a él, no estamos simplemente contextualizando en el ámbito político, sino también en el sistema escolar, en el aula, en el cotidiano vivir, a través del lenguaje han transmitido e impuesto lo que desean que “pensemos”, por eso la aseveración de: “quien posee dominio sobre el lenguaje, también tiene el poder, puesto que puede dominar y manipular a los demás”, “tomar decisiones por ellos”, es decir, “pensárselos”.

La historia de la humanidad, registra hechos significativos que han generado nuevos términos o han connotado los sentidos que le han otorgado las fuerzas de poder, por eso también se confirma que el lenguaje va en constante evolución, como la sociedad. Si nos remitimos a la palabra, existen términos que están vigentes en una determinada época, luego desaparecen de nuestra comunicación cotidiana, no del registro lingüístico, de la historia. O en su caso se van modificando, pues tomemos en cuenta que la palabra se denota y connota de acuerdo a nuestras representaciones, visualizaciones, ella posibilita la comunicación, el aprendizaje, la cognición, pero también la capacidad de decisión, que debiera ser personal, empero no siempre es así, debido a que se manipula a través de las palabras.

Qué importante tener conciencia de que las palabras modifican su valoración lingüística, o su codificación de acuerdo a las nuevas necesidades para comprender, interpretar y tomar posición frente a realidades específicas. Se comprenderá entonces la importancia de mentalizar qué es realmente el lenguaje, ya que no es neutral en la sociedad, sino que adquiere sentido no solo en las palabras que se utilizan, sino en la forma en que se dicen esas palabras, para qué y porqué.

Por otro lado, el lenguaje forja nuestra identidad, no solo en lo individual, sino también en lo colectivo. Es el carácter simbólico que asignamos a todo cuanto nos rodea, a nuestras vivencias, preocupaciones, ideales, sueños, etc, el ser mismo expresado a través de lo lingüístico; codificamos realidades, conocimientos que los compartimos con los demás.

Lenguaje, lengua, habla, tres términos que debemos conceptualizarlos en sus verdaderas dimensiones. Utilizamos diversos signos para comunicarnos, a esto llamamos lenguaje. También nos comunicamos a través de la lengua o, como en algunas oportunidades, decimos idioma, código lingüístico. Habla es la concreción de la lengua, mediante ella elaboramos textos sean orales o escritos.

¿Podemos afirmar que la lengua, o por qué no el lenguaje, está presente en los enfrentamientos, en los conflictos políticos, en el descontento, en las protestas?

La lengua, el idioma, es un elemento importante y representativo de una cultura. El lenguaje ha sido y es un arma de incalculable poder, tanto en su dimensión verbal como simbólica. Con razón se manifiesta que al imponer una lengua a un grupo humano, se impone también una forma de pensamiento.

Para la comprensión de lo señalamos debemos considerar a la lengua como elemento movilizador, como factor multiplicativo, pero también como herramienta valiosa para la resolución de conflictos, puesto que no es mi verdad, tu verdad, sino debemos forjar nuestra verdad, lo que implica: saber negociar, dialogar, aceptar el pensamiento divergente, no imponer el convergente.

Podríamos referirnos a términos que han venido y vienen generando conflictos en nuestro medio, pero se les dejamos esa tarea a ustedes. También cómo las palabras se constituyen en factor de movilizaciones, sí podemos dar un ejemplo: “violencia de género”, “feminicidio”, y, ¿ejemplos sobre el lenguaje para la resolución de conflictos?, no sé si ustedes encuentran.

Si analizamos también el discurso como dicen del “oficialismo” y de la “oposición”, no sé qué criterio tenemos, ¿se ajustan a lo señalado anteriormente?, vale decir, la lengua o por qué no el lenguaje, como generador de conflictos, de movilizaciones y para la resolución de conflictos.

En consecuencia, ¿le damos la razón al sicólogo que afirma que: “cuando se acaba la palabra”, estalla la violencia? Por lo que podemos inferir que si bien la lengua es signo de identidad, también es un factor de paz o de conflicto violento, que involucra aspectos estructurales, multiplicativos y desencadenantes. Así como testimonia las diferencias, la discriminación, pues refleja conductas, acciones humanas, lo que nos deriva a concluir que la dimensión lingüística es fundamental para explicar y comprender las causas, la naturaleza de los conflictos, pero también puede ser un factor fundamental para vivir en una cultura de paz. Dependerá del cuidado y precisión que tengan, en especial la clase política, los dirigentes en emitir las palabras de acuerdo a sus intenciones comunicativas, que confiamos que será en la vía de la paz y convivencia armónica en nuestro país, como se afirma “el vivir bien”.

Retomamos el comienzo, enseñar y aprender lenguaje no es aprender solo gramática, sino es desarrollar a través de esta herramienta tan maravillosa que tenemos los seres humanos los procesos cognitivos, como analizar, razonar, pensar en forma crítica, desarrollar la parte emocional, pero también saber controlarlas: capacidad de decisión.

El simple avance de “contenidos”, el cumplimiento de ellos al 100% así como los 200 días hábiles, si no va a contribuir a formar personas con capacidad y competencia comunicativa, lingüística, así como saber hablar, leer y escribir, bienvenido, pero si simplemente es un mero formalismo… Formar hablantes de su lengua con todo lo que esto implica. Seres en comunicación, que sientan la necesidad de decir sus propios pensamientos.

Debemos agregar que también se debe realizar una buena selección de lecturas, no dejarse llevar por el boom de la publicidad o comentarios en redes sociales, este hecho nos lleva a confundir los libros de autoayuda con la verdadera literatura, que nos atrevemos a afirmar que ella refleja la vida del ser humano en todas sus dimensiones.

Además, como ya hicimos referencia en anteriores oportunidades, no solo es el carácter estético de la palabra, ni la exploración de la imaginación, creatividad, sino es el carácter de representación a que nos hemos referido con relación a la palabra. Además, porque la lectura de la verdadera literatura, nos exige a descubrir esas representaciones, esos sentidos, esas simbolizaciones, la metáfora que implica pensar, analizar, comparar, analogizar, etc., pero también nos inculca valores. Me viene a la mente en este momento una afirmación de un escritor sobre literatura infantil: “Las lecturas de mi infancia son ahora las huellas por donde circulo”

Para finalizar, no se debe confundir “Texto escolar” con obras literarias, ya que escuchamos afirmar que está prohibido pedir obras para su lectura, puesto que se entrega cartillas a los estudiantes. Seguramente es una exageración.

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