Raúl Espinoza Maldonado

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El silencio

Amo el silencio

porque amo la música

y, en este silencio

de esta hora de la tarde

(que será para siempre mía)

suenan en mi cerebro

las notas de Händel.

Suenan en mi cerebro

porque mis oídos descansan

mi alma se alimenta de música

para vivir.

Para saborear el silencio / y pensar

para reposar del ruido de la globalidad

¿Qué saben de música

ustedes que no aman el silencio?

Postergué todo

Fueron postergados

todos mis propósitos

la publicación de mis poemas

mi salida del país.

Postergué por décadas

conquistar a una mujer

para amarla.

Las maldades que me hicieron

me produjeron dolencias.

Y las dolencias me impidieron

realizar mis propósitos

y por eso me aferré a la vida

y postergué también mi muerte.

Amigos míos

Yo soy un insecto nietzscheano

en este mi cuerpo sobrio

escondo mi alma libertaria.

Yo quiero vivir mi propia

libertad

mi propio sueño

escribir es lo que sé hacer

y todo lo demás

ha de ser complemento.

Volver más allá del principio

se convirtió en una inexistente pradera

allí donde murieron los sollozos

porque no existieron jamás risas.

Allí donde le pozo asesino

atrapó como una araña a las aguas vivas.

Allí donde todo es quietud

desde hace siglos

y esos siglos son imaginarios

como tu partida.

Porque tú como yo

has muerto

antes de partir.

Crítica

El poeta debe aprender

un oficio requerido

para ser indispensable

necesario

y así su pensamiento no será conducido

a los intereses

de una ideología.

¿Por qué un poeta

debe ser empleado del poder?

No te lamentes poeta

¡aprende a trabajar!

Lo que hacemos

no es requerido

por los pueblos.

sólo lo sustancial

llega a las minorías lectoras.

“Carumanta”

Yo también soy de lejos

“Carumanta”.

Quienes creen tener aquí

todas su raíces me dicen:

“Tú no eres de aquí”.

Yo les digo:

“Nadie es exclusivamente

de aquí ni de allí

todos somos de todas partes”.

Soy de allí

estoy mucho tiempo aquí

me iré otra vez de aquí

y seré siempre como tú

“Carumanta”

Y que nadie quiera negarte

el derecho de vivir y pensar

por venir de lejos.

Punto final

a mi neurosis

En mi larga niñez

extravié mi juventud.

Y cuando decido

poner punto final

a mi neurosis

encuentro como un trofeo

lo perdido.

Viviré mi trofeo

un instante

antes de morir.

Fuente: La Patria