Sábado 05 de marzo de 2022

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Los sitios pétreos, como las conocidas wacas o la víbora y el sapo, son parte de la tradición del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Cuenta la leyenda que cuatro plagas fueron enviadas por el semidiós Huari para someter al pueblo Uru, que no quería rendirle pleitesía, es ahí que aparece una Ñusta, quien convierte a la víbora, al sapo y al lagarto en piedra y a las hormigas en arena.
Es a partir de ese momento que también se pone de manifiesto las costumbres andinas, cuando desde el miércoles de Ceniza, es cuando se visita al sapo, se le presenta una ofrenda como a la Pachamama (Madre Tierra), una mesa blanca dulce con misterios (pastillas) que permitan hacer realidad los deseos, y se le ch’alla con el único fin de pedir abundancia y buena suerte.
Posteriormente, a partir del viernes de tentación la visita se la hace a la víbora, que de igual manera se le ofrenda una mesa, muchos acostumbran a hacer reventar huevos, para saber cómo les irá en el presente año. Por otro lado, también se hace la ch’alla, rociando cerveza principalmente.
Fuente: (*) Es Periodista LA PATRIA