Sábado 26 de febrero de 2022

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El Domingo de Corso, es un día dedicado al desborde de alegría cuando la gente comparte con sus amigos, los danzarines ch´allan y t’ikanchan sus caretas, es decir, las adornan con globos y serpentinas, algunos se quitan las máscaras y otros se las ponen para participar danzando y compartir con el público.
Si bien para la mayoría de quienes participan en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el día “D” es el Sábado de Peregrinación otros esperan el Domingo de Corso para desatar la algarabía. Ocurre cada año como una muestra del hermoso colorido que guardan las tradiciones y costumbres de la región altiplánica.
Los danzarines, después de haber cumplido con su promesa de fe y devoción a la Virgen del Socavón, celebran envueltos en serpentina en el segundo día del Carnaval y aprovechan para brindar con bebidas alcohólicas, después de una restricción en el día anterior.
Con la careta, montera o sombrero en la mano, serpentina en el cuello y globos en sus trajes, los danzantes no dudan de compartir buenos momentos con los espectadores, haciéndoles partícipes de esta celebración. Este domingo, en la Capital del Folklore de Bolivia, no es la excepción.