García-Sayán no vino a inventar la pólvora

Luego de una semana de visita en Bolivia de Diego García-Sayán, relator especial de las Naciones Unidas para la Independencia Judicial, hubo descontento entre los opositores al Gobierno, porque según señalaron “no vino a inventar la pólvora”, es decir, en su informe preliminar no dijo nada que no se sepa ya sobre la independencia de la justicia.

El informe preliminar que García-Sayán emitió un día antes de su conferencia de prensa, presenta nueve puntos, en los cuales menciona que la justicia está lejos de la gente, que las mujeres no tienen acceso al sistema, que la justicia indígena está venida a menos, que hay un abuso de la prisión preventiva, que más de 500 jueces son transitorios, que el presupuesto para el Órgano Judicial es insuficiente, que el Ministerio Público está igual de mal que el Judicial, que la independencia judicial es una tarea pendiente y que hacen falta ajustes para elegir a los magistrados de las altas cortes del país.

Y algo que molestó profundamente a los políticos de oposición, es que negó haber visto persecución judicial, ya que, según él mismo lo dijo, no se reunió con ninguna persona que haya manifestado algo sobre ese tema.

Acerca de la expresidente Jeanine Áñez recomendó que reciba la atención médica adecuada, que medicarla contra su voluntad equivale a la tortura, pero no la mencionó en su informe, y tampoco señaló nada acerca de su situación.

Otro aspecto observado fue que el relator no haya dicho nada sobre las vulneraciones durante el último período de Evo Morales, y sólo mencionó a las víctimas de Senkata y Sacaba, porque las de la emboscada en Vila Vila y el ataque, con armas de fuego, en Playa Verde, no existen para el Gobierno, además de muchos otros casos.

García-Sayán habló de la necesidad de un acuerdo para mejorar la justicia, repitió lo que todos sabemos de la crisis judicial, calló sobre la persecución política y trató el caso de Añez sólo de manera superficial con lo que queda claro que la reforma de la justicia es una tarea de todos los bolivianos, pero el Gobierno debe entender que en la reforma judicial se tiene que hacer con la presencia de oficialistas y opositores, ya que también son bolivianos.

Marzo está a la vuelta del calendario y se acerca la anunciada reunión para llevar adelante la tan esperada reforma judicial, pero no sé podrá hacer sólo con la presencia de afines al Gobierno, sino que deben participar también sectores independientes y opositores de la sociedad, para evitar que la justicia siga subordinada a la política.