Negativa a olvidar las fiestas

El Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, viene en una especie de combo, cuando el Sábado de Peregrinación tuvo que ser suspendido por la pandemia del coronavirus, se suspendieron todas las festividades, es decir, la Anata Andina, el festival de bandas, inclusive demostraciones y otras.

Este año, debido a la intención de reactivar la economía, se autorizó la realización de esta fiesta, aunque no es seguro que las cifras de contagios realmente hayan disminuido tanto como lo señalan los reportes, y con ella regresaron todas las manifestaciones culturales que la acompañan.

Este año, pese a que se suspendió el Primer Convite, e inicialmente también había sido postergado el mismo Carnaval, se decidió que se debía llevar adelante, con todas las otras manifestaciones que lo acompañan, de esa manera también se tiene previsto realizar el Último Convite mañana.

Otra de las manifestaciones que acompañan al Carnaval es el “calvario”, la feria donde se exponen miniaturas, desde la comida hasta la representación de casas y negocios, pidiendo prosperidad para las personas y sus familias, la que no se suspendió aunque no se había autorizado la organización de la Obra Maestra.

En cuanto a la Anata Andina, los campesinos afiliados a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Csutcb, quienes organizan dicha fiesta, anunciaron la realización de la misma, pese al veto que pesaba sobre el Carnaval, entonces, a los pocos días se autorizó también la fiesta religiosa, con el argumento de que es necesaria la activación de la economía local y nacional.

En algunos países se eliminó el uso obligatorio del barbijo, porque según explicaron sus autoridades, no beneficia tanto usarlo ya que la mayoría de la población está vacunada.

En la gestión pasada tampoco se dejó de lado la ch’alla, inclusive volvió en parte las antiguas “mojazones” en los diferentes barrios céntricos de la urbe, lo que trajo un poco de alegría luego de un largo y penoso proceso de confinamiento que se tuvo por cuidarse del Covid-19.

Muchos ciudadanos tienen la fe puesta en que el Carnaval traerá la tan ansiada reactivación de la economía y por eso decidieron vivirlo con todo lo que ello implica, es decir con la organización de las diferentes manifestaciones culturales como el festival de Bandas, Último Convite, la Anata Andina, compadres, comadres, la entrada del Sábado de Peregrinación y el Domingo de Corso y la ch’alla, seguramente le seguirán el Miércoles de Ceniza, Tentaciones y el Carnaval de los bordadores.