Viernes 11 de febrero de 2022

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Simplemente para no creer que más de 300 kilos de oro se pierdan y no exista rastro sobre su paradero. Es suficiente peso para sortearlo como si tal cosa, con la desventaja que no brillan por encontrarse a buen recaudo, pero la cantidad de oro “extraviado”, según los observadores, es una muestra de la enorme irresponsabilidad de funcionarios que de algún modo fueron por lo que se sabe, custodios temporales de la respetable cantidad de oro, cuya ubicación al presente se desconoce en los niveles oficiales.
Por supuesto que nadie cree en la desaparición de más de 300 kilos de oro pero es fácil suponer que en algún destino se guarda ese metal precioso, aunque no se sabe con qué fines se lo esconde, para qué o para quién, generando una incógnita y curiosidad de la población. Se trata de una cantidad importante de oro que fue retenido cuando se pretendía sacarlo del país de forma irregular, sin cumplir con disposiciones especialmente tributarias, causando daños económicos.
El asunto es tan serio que el Servicio Nacional de Registro y Comercialización de Minerales, Senarecom desconoce el paradero de los más de 300 kilos de oro, aunque se apunta a un fiscal que autorizó la custodia del oro, justamente al representante de la firma Goldshine, a la que se le retuvo el oro, por lo mismo, se entiende que no hay extravío del oro, sólo una entrega dolosa y sin aclaración de fines legales para su recuperación, mientras persiste la investigación sobre una presunta comisión de los delitos de venta irregular de minerales preciosos, falsedad ideológica y otros afines al hecho que pueden ser sancionados por el Código Penal.