Destruimos todo lo que tenemos

Basta darse una vueltita por la avenida 6 de Octubre, para darnos cuenta del estado en que se encuentran muchos de los papeleros, que por su forma se denominan “arturitos”, algunos derretidos, otros rotos, algunos sin sus bases y otros tantos clausurados con cinta adhesiva y papeles o bolsas de “yute”.

Eso nos da una pequeña idea de lo mucho que podemos hacer los orureños con la ciudad que nos vio nacer. También podemos ir a otros ejemplos de cómo cuidamos las cosas, uno de ellos es que las calles y avenidas están llenas de basura, y los que visitan Oruro se dan cuenta y no se lo guardan, pero los nacidos en esta tierra reaccionan nombrando a esa persona “no grata” en lugar de ponerse a limpiar.

La plaza principal tuvo muchas modificaciones, pero en las partes Norte y Sur de la misma fueron construidas dos jardineras con la forma del escudo de Oruro, y con flores se dibujaban los elementos que adornan el mismo, mostrando el simbolismo que le da significado a esa representación de lo que es esta alta tierra, pero dejaron de lado las flores para colocar en su lugar uno de cemento que le quita toda la estética a esa área verde.

Muchos parques infantiles fueron remozados y pintados, pero se tuvo que arreglar bastante porque cada vez sus implementos que sirven para la distracción de los niños aparecían rotos e incompletos. En los restaurantes no se da mantenimiento a los ambientes que con el tiempo se deterioran y ni qué decir de los baños, que no sólo no sirven en la mayoría de los casos, sino que permanecen sucios.

Así no hay obra que aguante, además que se contrata a empresas que dejan trabajos inconclusos o de muy mala calidad, pues al poco tiempo de inauguradas las obras, presentan deterioro, rajaduras, goteras, huecos y otros desperfectos. Por lo tanto, no sólo es que la gente no cuida, sino que tiene que ver la calidad de las obras entregadas por autoridades de turno como si le hicieran un favor a la ciudad y su gente, cuando todo ello es producto de los impuestos que pagan los contribuyentes.

Algunos de los ejemplos de lo que aquí se afirma respecto a la mala calidad de las obras están en el alcantarillado, en la Casa Municipal de Cultura “Javier Echenique”, en el aeropuerto internacional “Juan Mendoza”, en la misma Gobernación, en calles, plazas, avenidas, y otras. Por lo tanto, corresponde instar a las autoridades a encargar Buenas obras, con calidad y el respectivo control, y a la población que cuide lo que tenemos, no sólo para evitar las críticas de los extraños, sino para aumentar la calidad de vida de toda la sociedad orureña.