La Constitución Política del Estado de Bolivia es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa; por ello que primero está la Constitución, las Leyes y los tratados internacionales, esta glosa nos sirve para escudriñar el respeto a los símbolos patrios, amparados en el artículo 6.II. Los símbolos del Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde; el himno nacional boliviano; escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de kantuta y la flor de patujú.
De acuerdo a los orígenes precolombinos la wiphala no se representaba como una bandera, sino como un diseño recurrente de esta forma se reconoce a una chuspa o bolsa para la coca, como un diseño tipo “wiphala” (1508 a.C.-1189 d.C.).
Solo para datos investigativos, en la ciudad de La Paz, en el museo de Tiwanaku, hay dos wiphalas pintadas en un “qiru” (vasija de barro); De la misma forma en el departamento de Potosí, en la provincia de Antonio Quijarro, hay una wiphala junto a tejidos en koroma, así podríamos citar otras regiones de Bolivia donde se representa la wiphala en diferentes iconos culturales.
Ya en el periodo colonial en el siglo XVII, la wiphala es utilizada como estandarte, pero también aparecen representaciones de ángeles hechas en estilo muy particular de arcabucero portando una bandera ajedrezada de forma muy similar a las figuras de los “quiru” precolombinos “los arcabuceros tuvieron un importante papel en las acciones bélicas realizadas por el ejército español en la conquista de América”.
Pablo Zarate Villca y otros indígenas usaron wiphalas con diversos colores y en otros casos con menos colores durante la guerra Federal en 1898-1899.
Durante la época de la Republica la wiphala es descrita en la fiesta de San Pedro en La Paz, región aymara. Halla 1930 en aquella fiesta se veía tres pajes, arreglados con una corona de masas al cuello llamado “phillo”, además llevaban banderas a cuadros blancos, amarillos, rojos, azules y verdes.
Lo que debemos tomar en cuenta que la historia se transmite de forma oral, pero también es verdad que sufre distorsiones si no logramos documentar en forma escrita y científica, así entendió el indigenista Alberto de Villegas en 1931 “Quisiera coronar de fuego las serranías, en la tibieza de estas noches de diciembre o hacer resonar en la punta áspera el clamor insistente del pututo, para convocarlos a la celebración del próximo inti raymi (fiesta del sol), en el solsticio de invierno a orillas del Choqueyapu. Proclamado yo, por la fuerza de las circunstancias del indianismo en La Paz, estoy agitando la wiphala, vieja bandera de los Aymaras, desde el aislamiento ahora roto de mi pukara”.
El 17 de noviembre de 1944 comenzó la organización del Primer Congreso Indígena boliviano. Entre quienes lo organizaron se encontraba el tradicionalista y aimarólogo Hugo Lanza Ordóñez. Este hizo notar a la concurrencia que la existencia de la palabra wiphala sugería que desde siempre en la cultura andina debió haber existido algún tipo de bandera, así que decidió hacer uso de una bandera blanca (la única conocida por entonces en los acontecimientos importantes). Otro congresista, Germán Monrroy Block, opinó a favor de usar una bandera más colorida, de acuerdo con la estética aimara, así crearon la bandera del primer congreso indiginista.
Para enfatizar, valorizar, reconocer que la wiphala une al occidente y oriente boliviano, es menester referirnos al congreso de los pueblos originarios en la que participaron más de mil delegados, que se desarrolló en la quincena de mayo de 1945 en la ciudad de La Paz, en la que empuñaron la wiphala como un instrumento de identidad y defensa.
Revisando la reseña histórica en 1979 Germán Choque Condori, conocido como el “restaurador de la wiphala” contemporánea, que consta de 7 colores y 49 cuadrantes, basándose en diseños recurrentes en la simbología andina, que se encuentran en tejidos o cerámicas de periodos prehispánicos, que rememora un momento simbólico cuando Manco Cápac salió del Lago Titicaca y observó el cruce de dos arcoíris, así queda claro que la wiphala toma parte de nuestra historia como un símbolo de unidad entre pueblos.
Lamentablemente en las últimas semanas agraviaron a la wiphala, siendo una ofensa a Bolivia que lucha contra el racismo, la discriminación, que busca la liberación, igualdad, dignidad, diversidad y unidad; siendo un símbolo de integración.
Desde la vigencia de la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, febrero de 2009, en su art. 6.II. La wiphala ¡símbolo patrio que se debe respetar!
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