Clases en las escuelas y ataques del virus

El coronavirus, parecería que atenido al descuido habido en todo el mundo por la población sobre cuidados que se debe tener para evitar más contagios, ha redoblado y hasta triplicado los ataques del virus hasta el extremo de haberse incrementado la cantidad de casos y fallecimientos. El extremo está, por ejemplo, en que en muchos sitios se autorizó la reapertura de escuelas y colegios para que haya clases presenciales o sea que maestros y alumnos retornen a las aulas porque se considera que las clases virtuales no son suficientes; pero, igualmente se presentan casos muy delicados que obligan a tomar más previsiones para evitar contagios y, por supuesto, esto implica incremento de niños y jóvenes enfermos con el virus.

El gobierno, conjuntamente maestros y padres de familia, tendrán que estudiar esta delicada situación y posiblemente retornar al cierre de escuelas y colegios hasta que efectivamente disminuya el accionar del mal que diariamente causa más víctimas. Es evidente que la educación es de vital importancia; pero, comparada con la salud, no debe vacilarse en decidir lo que resulte más conveniente.

Es importante entender siempre que lo más importante que tiene el país es su niñez y su juventud que deben merecer especiales y permanentes cuidados; el virus atacará siempre por los lados más débiles como son niños y ancianos y preservarlos de todo mal es obligación de toda la colectividad; por ello, todo muestra como contraproducente la reapertura de los establecimientos que sería reabrir grandes espacios para el mal y dar espacios también al ómicron que avanza su accionar letal con mucha velocidad y en todo el mundo.

Es muy importante que el cuidado de los niños y jóvenes tenga el mayor esmero; no perder de vista que en ellos está depositado el futuro. El cuidado y debida preparación para el mañana tiene que ser misión no solamente de los maestros, sino muy especialmente de los padres que no deben aislar de su cariño y atenciones a quienes son causa y motivo de la felicidad de generaciones que los precedió.