Hay cosas que no se pueden negar

Cada que desde Brasil se publica algún artículo sobre la gran preocupación de sus autoridades sobre el narcotráfico y Bolivia, las autoridades del Estado Plurinacional lo niegan rotundamente, inclusive se le tenía que seguir un proceso judicial a un impreso que publicó datos sobre presencia de cárteles extranjeros de la droga en territorio boliviano.

Sin embargo, hay cosas que no se pueden negar, o como se dice popularmente, no se puede tapar el sol con un dedo, y es evidente que si hubo denuncias es porque algo de verdad hay en esas historias que presenta la prensa brasileña, ya que si fuera mentira, las autoridades del vecino país no se molestarían por investigar los caminos del narcotráfico, como lo hicieron.

La prensa boliviana informó sobre la Policía Federal de Brasil que desplegó este jueves una operación denominada “Operación Rastro”, por la que se investiga “una red de “caminos clandestinos”, usados para el trasiego de drogas desde Bolivia”.

Asimismo, se informó que las investigaciones comenzaron después de la detención de dos brasileños, uno de ellos menor de edad, que habían sido sorprendidos transportando cocaína desde Bolivia. Y eso no se puede negar.

Lo que sorprende es la actitud negacionista del Gobierno boliviano, porque es evidente y es un hecho que existen redes de narcotráfico operando en el país. En lugar de negarlo, las autoridades bolivianas deben investigar y verificar, de manera eficiente y eficaz, esas redes o cárteles de drogas vigentes, para luego combatir su actividad Ilícita.

Asimismo, la mayor parte de la coca, i no es toda, proveniente del Chapare, no sirve para el acullico, sino que se desvía para el narcotráfico, por lo tanto, aunque sea el bastión del partido gobernante se debe investigar y combatir a las mafias que estén operando en el lugar.

El narcotráfico no sólo daña la imagen del país, sino que daña a sus mismos habitantes, porque si bien la mayor parte de la droga sale al mercado internacional, sino que también circula por las diferentes ciudades y poblaciones del país, haciendo mal a los jóvenes.

En lugar de combatir a los grupos irregulares, los militantes del partido de Gobierno niegan la presencia de aquellos y permiten que esa actividad ilícita continúe vigente. Es cierto que muchos de sus seguidores son protegidos por esta tienda política, pero si existen otros grupos irregulares deben ser denunciados y expulsados de Bolivia.

No sólo se trata de combatir a las mafias del narcotráfico, sino que también se debe preservar a toda costa la salud mental, emocional y física de nuestros adolescentes y jóvenes, por lo que permitir que existan rutas clandestinas para el narcotráfico perjudicará a nuestra propia sociedad, es menester investigar y desbaratar los grupos irregulares que operen en el territorio boliviano.