Trapitos azules al sol

Hace unos días el expresidente Evo Morales dijo que se alegra de ver pelear a los opositores, y de paso aseguró que en el Movimiento Al Socialismo, MAS, no existen bloques, ni divisiones, señaló que es un partido sólido y que hay unidad.

No obstante, en la carrera por los ministerios, a días de celebrarse el Día del Estado Plurinacional, es clara la división que existe en esa tienda política, pues auguraron al denominado “bloque Choquehuanca” un rotundo fracaso, mientras que se pidió identificar a quienes generan “división” al interior del partido, para sancionarlos o definitivamente separarlo del partido.

También se sugirió tomar en cuenta en el gabinete de Luis Arce a antiguos ministros de Morales, aunque el mismo exmandatario aseguró que es su sucesor quien debe tomar la decisión y elegir libremente a sus colaboradores. Entre tanto, un diputado del mismo oficialismo aseguró que ningún funcionario de la época de Morales ocupará algún ministerio.

Desde la oposición un parlamentario sugirió que se nombre a Morales como embajador de Bolivia en Venezuela, ya que considera que genera división en el país y no da libertad para gobernar al Presidente Arce, y desde el MAS surgió la respuesta señalando que mejor vaya a darle consejos a su jefe de partido, Carlos Mesa.

No se puede negar que en el oficialismo hay intereses particulares que están afectando a la unidad de ese partido, y también hay diferencias de opiniones, quizás por la distinción natural que existe en el pensamiento de diferentes generaciones, pero a la oposición no le va mucho mejor, porque por no ceder en sus aspiraciones personales para dar paso a la ideología, todos buscan ser la cabeza y está muy dividida.

En realidad, es cierto que las ideologías son diferentes, pero los gobernantes deben pensar en el país primero, y trabajar para mejorar sobre todo la educación, ya que es la base del verdadero cambio, de lo contrario el país seguirá en el atraso y la población seguirá lamentando su suerte.

Lo más inteligente es dejar el victimismo y ponerse manos a la obra para mejorar la educación, y la ciudadanía no tiene que esperar a que los gobernantes sean quienes lo hagan, cada quien puede aportar un grano de arena para lograr una gran obra.

Cómo dice la máxima de vida, “si a un hombre le das un pez, saciará su hambre por un día, pero si se le enseña a pescar se le brindará comida para muchos años”, y así se debe educar a los niños, que aprendan el valor del trabajo y sean personas de bien.

Y en lugar de sacarse los trapitos al sol, los políticos deberían solucionar sus diferencias de manera interna y una vez que se tenga una solución a la vista ponerla en marcha, por el bien de todo el país.