Las clases y la pandemia

Ya se anunció el inicio de clases el 1 de febrero de este año, en dos modalidades, presencial y semi presencial, sin embargo, se esperará hasta fin de mes para saber cuál será el comportamiento de la pandemia del coronavirus.

De todos modos, ya el Gobierno, señaló que las autoridades de las diferentes unidades educativas deben aumentar grifería, mejorar las instalaciones higiénicas, asumir todas las medidas de seguridad para que los estudiantes tengan todas las condiciones para evitar los contagios.

Mientras tanto, se informó del nivel de letalidad de la cuarta ola de contagios, que bajó al 3 por ciento, es decir, por día, en una semana, se produjeron tres fallecimientos, mucho menos de la letalidad que se presentó en las olas anteriores.

Según las autoridades de Salud, otro factor a destacar es que las vacunas están protegiendo a la gente de la letalidad de la enfermedad, porque quienes fallecieron en la cuarta ola o no tenían las vacunas o tenían alguna enfermedad de base.

Sin embargo, no todo está dicho, el coronavirus es responsable de una enfermedad cuyo comportamiento se conoce poco y como cualquier virus va mutando por lo tanto cada vez sus características son diferentes, por lo que, para un retorno a clases, de manera segura, se tiene que tener mucha precaución.

Es importante instruir a los estudiantes sobre la observancia de las medidas de bioseguridad, y aunque no es requisito indispensable que presenten el carnet de vacunación, sí es recomendable que los alumnos estén inmunizados, para evitar los contagios.

Sin embargo, en las escuelas del área rural se debe volver a clases presenciales por la falta de tecnología que ayude a los alumnos a participar en clases virtuales. La educación se resintió cuando comenzaron las clases virtuales porque los estudiantes en realidad están ausentes, apagan sus cámaras y atienden a todo menos a las enseñanzas que está impartiendo el docente.

Por esa razón se vio por conveniente volver a las clases presenciales, o semipresenciales, aunque esa experiencia no resultó del todo satisfactoria ya que los alumnos no acuden a sus clases el tiempo necesario para abarcar todos los temas que aprenderían de pasar clases todos los días y en el horario lectivo reglamentario.

Bolivia necesita mejorar mucho la educación de sus estudiantes, al menos de quienes están a punto de pasar a otra etapa de la vida, y graduarse para acceder a la educación superior, y necesitan una buena base y preparación para rendir de la mejor manera y ser profesionales competentes.

Aunque, dicho sea de paso, con el actual Gobierno, la meritocracia no es una prioridad, al menos no para trabajar en la función pública, sin embargo, se debe evitar la fuga de cerebros y se tiene que convertir a los estudiantes bolivianos en profesionales competentes, que ayuden a sacar adelante al país.