Hay intereses e interesados

Los diferentes barrios del municipio de Oruro sufrieron inundaciones y con esos problemas salieron a la luz conflictos de intereses, pues muchos dirigentes vecinales brillaron por su ausencia durante la emergencia, ya que ellos tienen terrenos o casas que alquilan, pero no habitan en la zona, ellos están secos y cómodos en sus hogares mientras quienes soportan los embates del clima son los más humildes.

Los vecinos que enfrentan la emergencia no pueden reemplazar a sus dirigentes ya que aquellos, aparecen con grupos de choque a enfrentar a quienes busquen alejarlos de sus cargos, y continúan en el poder sin buscar soluciones reales ante las autoridades ya que ahí existen no sólo intereses económicos, sino también de orden político, los dirigentes prefieren apoyar a los políticos que ocupan un cargo en el Gobierno, local o departamental, pero no defienden los intereses de sus bases.

Por otra parte, las juntas vecinales tienen dinero para organizar fiestas, reuniones y lo que consideren conveniente, pero sólo para quienes les apoyan, no para todos los vecinos, en lugar de usar ese dinero para cosas más urgentes, como la atención de emergencias.

De todos modos, las autoridades ediles deberían tener un plan de contingencias para cuando se presenten las emergencias vividas por las inundaciones, como en La Paz, que después de sufrir una tragedia a causa de una fuerte granizada el ejecutivo municipal creó la unidad de monitoreo y atención de emergencias, para prevenir y en su caso atender a los damnificados de los posibles desastres naturales.

La Paz está sobre una gran cuenca de ríos que recorren las diferentes zonas de la ciudad y remojan los cimientos, el terreno, más aún cuando llueve, por lo que la creación de ese centro de prevención y atención de las emergencias fue una bendición.

La situación de Oruro no es muy diferente, ya que la ciudad está edificada sobre un gran lago, por eso se presentan sifonamientos y otros problemas, por otra parte, el sistema de alcantarillado es deficiente, la estación de tratamiento de aguas servidas no funciona bien y para colmo existen muchos barrios de reciente creación que no tienen calles adoquinadas o asfaltadas, que se inundan y parecen lagunas.

Todo eso se tiene que tener en consideración y los llamado a reclamar por todos son los dirigentes, quienes deben exigir a las autoridades del municipio a mejorar las condiciones de vida de los vecindarios, ya que el no hacerlo no sólo pone en peligro las edificaciones sino que se resta calidad de vida a los ciudadanos que contribuyen con el pago de sus impuestos, razón más que suficiente para exigir obras destinadas a evitar desastres, naturales o no, que perjudiquen el normal desarrollo de la vida cotidiana.