La obligatoriedad de la vacuna

En Nueva York, Estados Unidos, se informó de la obligatoriedad de vacunarse contra el coronavirus para que los empleados puedan entrar en algunas tiendas de capitales privados, caso contrario no se les permitirá entrar, aunque tengan que hacerlo para trabajar.

Mientras tanto, en Bolivia se habla de contrarrestar o anular a los antivacunas, que bastante daño causaron, según las autoridades sanitarias, puesto que mucha gente que está indecisa opta por no inocularse creyendo en los argumentos que esgrime ese segmento de la población que no desea vacunarse.

Los antivacunas señalan que es su derecho humano el decidir si quieren ser inoculados o no, que nadie puede obligarles, porque sería un atentado contra sus derechos fundamentales.

No obstante, ellos tampoco pueden inducir a la gente a no inocularse, en realidad, lo correcto debiera ser que se informe a la población sobre las diferentes opciones y que sea cada ciudadano el que sobre la base de esa información decida si quiere vacunarse o no.

Para muchos, las vacunas son un engaño, incluso se habla de inocular nanotecnología para controlar nuestras vidas, y según ellos, estos fármacos más que proteger enferman a la gente. Sin embargo, se tiene un largo historial de que las vacunas lograron erradicar males que se habían vuelto epidemias o como el coronavirus, que es una pandemia, y fueron controladas gracias a las vacunaciones masivas.

Para que los argumentos de los antivacunas sean válidos, se tienen que basar en estudios serios, demostrando de manera tangible y verificable lo que se afirma, no sólo con palabras, sino con resultados para que su versión sea creíble, ya que hasta el momento sólo unas cuantas personas hablan de lo nocivas que son las vacunas, pero no mostraron ninguna prueba fehaciente de que eso sea así.

Pero habría que analizar también, en el nivel jurídico si se puede obligar o no a los ciudadanos a inmunizarse, si no cree en las vacunas. Lo que demuestran las cifras de contagios, hasta ahora, es que gracias a la vacunación el número de enfermos ha reducido considerablemente, y lo que señalan las autoridades de salud es que la mayoría de la gente que está en terapia intensiva, grave o falleció, no estaban vacunados al momento en que tuvieron que ser internados.

Contra esos datos, los antivacunas dice que todo es publicidad, que se miente a la población, pero una vez más, hay que decirlo, ¿en qué se basan para hacer esas afirmaciones? Si sólo están repitiendo lo que alguien más dijo, sin comprobar nada, es mejor mirar a otro lado e ignorar a esas personas.