Sábado 25 de diciembre de 2021

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Se trata de detener el caballo.
El corre, desgarbado y pardo, no demasiado rápido,
desde la cinta gris del camino, cubierto de espinos,
refrenado, ensillado, sin jinete.
Calculo los movimientos y todo lo preveo:
cómo sujetarlo de las riendas
y luego palmotearlo para que se calme.
Así. Ahora. Levanto el brazo derecho pero compruebo
que solo lo tengo hasta el codo.
Levanto el izquierdo, pero pende frenado.
Me faltan las rodillas, un trozo de hombro,
el omóplato
y todo el pelo.