Las señoras de la basura

Es así como se llama a las mujeres que barren las calles, también se llama señores de la basura a quienes recorren toda la ciudad en los carros recolectores que van recogiendo los desechos que las personas dejan en contenedores o en las esquinas de sus domicilios.

Sin embargo, quienes deberían ser llamados señores o señoras de la basura, serían quienes botan sus desperdicios por cualquier parte, sin tomar en cuenta el sacrificio que hacen los empleados contratados por la Empresa Municipal de Aseo, EMAO.

Muchos ciudadanos, mediante las redes sociales, comentan que no hay nada que aplaudir a estos trabajadores, porque sólo están cumpliendo la labor para la que fueron contratados y además se les paga un sueldo por eso. Sin embargo, la labor que realizan estos empleados es muy valiosa ya que sin su servicio la urbe estaría inundada de basura.

Por otra parte, detrás de cada persona que limpia, hay una historia, como el caso de Nemesia, quien recorre las calles de la ciudad, con su hijo de año y medio en la espalda, porque no tiene con quien dejarlo. Pesé a las inclemencias del clima, ella debe darse modos para proteger a su pequeño del sol, la lluvia y de las enfermedades que él puede contagiarse al entrar en contacto con ese ambiente insalubre.

Como ese caso hay muchos otros detrás de cada persona que trabaja recogiendo la basura que otros inescrupulosamente dejan en las calles. No se puede juzgar o criticar a quienes cumplen esa labor ya que no todos están dispuestos a realizar el “trabajo sucio”.

El trabajo de estos ciudadanos es esforzado y eso no se puede discutir, aunque reciban un sueldo es loable que después de cada actividad se dejan toneladas de basura y si no fuera que aquellos van dispuestos a limpiar, habría que ver quién haría su labor, ya que cada ciudadano debería tener la conciencia de no ensuciar y llevarse su basura a su casa.

En diferentes actividades deportivas, los japoneses dieron ejemplo limpiando su basura y recogiendo también lo que otras personas ensuciaban, si así se hiciese en cada evento, no se necesitaría siquiera a los trabajadores de la limpieza, pero no nos justifiquemos diciendo que de ser así esas personas no tendrían trabajo, pero harían otra cosa.

El hecho es que los trabajadores de EMAO contribuyen, con esforzada labor, a qué la ciudad se vea más limpia y agradable a la vista, y de que se exponen en muchos sentidos sí lo hacen, aun así no se rinden, por lo que su actividad es digna del aplauso.