Sólo porque existe un mercado seguro: Estados Unidos, el narcotráfico en México puede lavar anualmente en ese país unos 10 mil millones de dólares procedentes de actividades ilícitas.
Un reciente estudio de la Cámara de Diputados hecho a raíz del proyecto de ley para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Financiamiento al Terrorismo que estudia el Congreso, contiene tanto cifras locales como estadounidenses que así lo atestiguan.
Según las estadísticas, aparecidas en los informes de la Secretaría de Hacienda, en el sistema financiero de México existe un plus al cierre de cada año fiscal, lo que presuntamente indica hacia actividades ilegales.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) asegura que el excedente es de entre nueve mil 200 millones y 10 mil 200 millones de dólares que no justifican una fuente legítima.
Además, presuntos datos del Congreso en Washington señalan entre 19 mil millones y 29 mil millones de dólares las ganancias mal habidas que fluyen desde aquel país a los cárteles y grupos de la delincuencia organizada en México.
Mientras, la DEA enfatiza que en Estados Unidos se destinan al año 65 mil millones de dólares a la compra de drogas ilegales, de los cuales las agencias federales confiscan únicamente alrededor de mil millones.
Organizaciones No Gubernamentales (ONG) refieren de otro lado que cerca del 90 por ciento de los dividendos procedentes del narcotráfico se "blanquean" en territorio norteamericano y una tercera parte de los ingresos que generan los narcogrupos en México suelen reincorporarse a la economía formal.
La ONG estadounidense No Money Laundering estima que los cárteles aquí obtienen ganancias de alrededor de cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
El Informe anual 2011 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) presentado en marzo último, reveló que el 90 por ciento de la droga que se consume en el norteño país se trafica a través del territorio mexicano.
UNA GRAN CADENA
En marzo se creó la Unidad Especializada en Análisis Financiero, aprobada por disposición de la Procuraduría General de la República, con facultad para investigar las estructuras monetarias vinculadas con organizaciones delictivas mexicanas.
Para el presidente Felipe Calderón una de las vías que permitirán debilitar y neutralizar a las transnacionales del crimen organizado sería cortarles los fondos de que disponen.
Los principales candidatos presidenciales que lidiarán en las elecciones del 1 de julio también se han pronunciado por cortar las vías de financiamiento a estas bandas, para así neutralizar el lavado de dinero procedente del tráfico de drogas.
Un comercio al que se asocian, además, los altos niveles de inseguridad que vive México, así como el creciente tráfico ilegal de armas procedente de Estados Unidos.
En la Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra la Delincuencia Organizada Trasnacional, celebrada recientemente en el Distrito Federal, Calderón advirtió que son proporcionales el aumento de la violencia y el comercio ilícito de armas.
Durante el encuentro, donde participaron representantes de Justicia de las naciones que integran la Organización de Estados Americanos, el mandatario subrayó que en los territorios fronterizos estadounidenses hay cerca de ocho mil armerías que nutren ese mercado.
Dijo que México ha incautado más de 140 mil armas de fuego, de ellas 84 mil son rifles de asalto y cerca de 10 millones de cartuchos en los últimos cinco años.
Pertrechos que son utilizados mayoritariamente en este enfrentamiento entre bandas criminales que parece no tener fin, lo cual ha causado, junto con la estrategia federal para combatir el fenómeno, casi 60 mil víctimas fatales en seis años, de acuerdo a los más recientes reportes de derechos humanos.
Se estima que más de mil 200 municipios mexicanos, de los dos mil 440 del país, son afectados en la actualidad por la guerra contra y entre cárteles de la droga, informó la Procuraduría General de la República.
Las cifras más altas se registraron en Ciudad Juárez (Chihuahua), con siete mil 643, seguido por Culiacán (Sinaloa), con dos mil 255 asesinatos.
A esta estadística letal se suman Tijuana (Baja California), que contabilizó mil 850 asesinatos; Chihuahua (Chihuahua), mil 817; Acapulco (Guerrero), mil 456 y Torreón (Coahuila), mil.
Para no pocos analistas es preciso que Estados Unidos ataque con más eficacia el problema de las drogas desde el punto de vista de la demanda (por su condición de principal mercado), así como el cuantioso tráfico de armas que desde un lado a otro de los límites territoriales trasiegan las bandas delincuenciales.
Dos tristes realidades fomentan hoy la criminalidad y la violencia de los narcogrupos en México, a lo cual tendría que dar respuesta el próximo Presidente que ocupe la Residencia Oficial de Los Pinos.
(*) Corresponsal de Prensa Latina en México
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