La necesidad ante la crisis económica impulsó el incremento de la informalidad

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Tras un año sin mucho movimiento económico, el 2021 creció de manera abrupta la informalidad en las calles orureñas. Lo puestos ambulantes o las ofertas de productos a través del internet, fueron avasallando los espacios de los productores.

Paralelamente, el contrabando ganó terreno por los bajos precios que representa ante la producción nacional. Desde la Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype), se hicieron constantes reclamos ante la afectación a su sector.

UNIDADES PRODUCTIVAS

En agosto, la Fedemype Oruro reportó que al menos el 60% de sus afiliados, cambiaron de rubro o doblegaron sus actividades para sostenerse, ya que era difícil mantener una unidad productiva y emplear con las responsabilidades establecidas por ley.

El 10 de diciembre, esta cifra fue confirmada por Chambi, quien además pidió el apoyo de la población y de las autoridades para tener un espacio de promoción y que se apoye con maquinaria para volver a retomar las unidades productivas y ser competentes frente al contrabando.

CIO

De acuerdo al análisis del gerente de la Cámara de Industria de Oruro CIO, José Peñaranda, la necesidad de la gente, ante la falta de fuentes de trabajo o ingresos fijos, los obligó a salir y vender algo.

“Por la emergencia del Covid, muchas familias no están invirtiendo en compras y hay mercadería en general que sobra. Por lo tanto, hay muchos vendedores y pocos compradores. No hay una cifra que pueda demostrarnos cuanto ha crecido la informalidad”, destacó Peñaranda.

INFORMALIDAD

Si bien no existen datos del crecimiento de la informalidad, muchos comerciantes aseguraron que las formalidades, generan más gasto que ganancias y que su oficio, en muchos casos, es temporal.

“Por la necesidad yo he comenzado a vender, alquilar un ambiente, abrir NIT y tributar también sale caro, para estimularnos deberían bajar (el costo de) los impuestos y dar incentivos a las industrias y empresas. A mi hijo lo han despedido porque su empresa no podía sustentar esas formalidades y ya no había compradores dice”, asegura doña Teresa, vendedora de productos comestibles.

Fuente: LA PATRIA