En el transcurso de estas semanas se inició una campaña que pretende implantar la idea de que un sistema federal en nuestro país, resolvería todos sus problemas. Al respecto, es necesario conocer su concepto y alcance, a su vez evaluar sus resultados y efectos de acuerdo con la experiencia internacional, esencialmente en su crecimiento económico, para asumir una posición responsable sobre si es conveniente o no su implementación.
De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Federalismo es una “unión o asociación”, lo que presupone que previamente existió una separación de sus elementos. Es decir, un sistema federal es la desintegración de un país en “Pequeños Estados”, que hacen una “alianza” para conformar un nuevo Estado. Cada “Pequeño Estado” contendrá diversas atribuciones en diferentes materias.
En cambio, un Estado con Autonomías (como es el caso de Bolivia), es un punto intermedio entre un Estado Federal y un Estado Unitario (o con centralismo), que permite a los habitantes de su territorio el autogobierno manteniendo la unidad nacional en el pluralismo.
Señalado esto, evaluemos técnicamente cómo se comporta el crecimiento económico de los Estados Federales. Para no caer en meras opiniones sin fundamento y emitir un razonamiento adecuado, se usó información sobre el crecimiento económico por 20 años del Banco Mundial (BM) y la lista de países de América Latina y el Caribe según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En análisis realizado tomó en cuenta el periodo 1999 – 2018, considerando que del 2019 en adelante se observaron diferentes efectos en la economía de los países que sesgan el análisis, incluyendo el COVID 2019. Asimismo, se aclara que el crecimiento económico viene a ser un termómetro del desempeño de la economía de un país, entre más elevado, mejor; lo que significa que mientras más crecimiento económico se registre, se observará más inversión, más consumo, etc.
En ese sentido, se obtuvieron los siguientes datos: Los Estados Autonómicos y Unitarios como Panamá obtuvieron un crecimiento promedio de 5,94%, Perú 4,73%, Bolivia 4,08%, Chile 3,68% y Paraguay 3,3%, entre otros (nótese sus indicadores preponderantemente elevados). En sí, todos los países de la región con sistemas Autonómicos y Unitarios crecieron en su economía a un ritmo promedio de 3,36% durante las dos décadas analizadas.
Por otro lado, los Estados Federales como Venezuela obtuvieron un crecimiento promedio de -0,69%, Argentina 1,92%, México 2,22% y Brasil 2,38% (nótese sus valores bajos). Así, a lo largo de 20 años, éstos crecieron económicamente a un ritmo promedio de 1,46%.
Con los datos extraídos del BM por 20 años se concluye que los Estados Federales muestran un crecimiento económico menor que los Estados Autonómicos y Unitarios.
Evidentemente, pueden existir otras variables que inciden en la economía de un país, tales como la estabilidad política, social, educación, política comercial, ideología, sistema de justicia, población, etc., pero entonces, si el federalismo es la panacea que “soluciona un problema de fondo”, esto también debería reflejarse en el crecimiento económico, no obstante, se demuestra que no es así.
Ahora, la pregunta para los lectores es: en base a la realidad de la experiencia internacional ¿Conviene a los bolivianos cambiar de sistema político o modelo?, ¿Estamos dispuestos a convertirnos en un Estado Federado, sabiendo que éstos tienen un crecimiento económico menor y que en los hechos no pudo ser revertido en 20 años?, y la pregunta más importante es, si el federalismo “resuelve el problema de fondo” ¿Porque eso no se refleja en el crecimiento económico de los países que tienen esta forma de Estado?
(*) Es economista
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