Lunes 06 de diciembre de 2021

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Diversos sectores han manifestado su preocupación por existir un plan para que las empresas productivas estatales y privadas sean administradas a su libre albedrío por el entorno oficialista.
Esa determinación se hace más evidente tomando en cuenta las amenazas del secretario ejecutivo de la Central Obrera expresadas contra Santa Cruz recientemente.
La intención propalada causaría un desgarrador panorama económico casi imposible de revertir porque habría un predominante control socialista al que estaríamos todos sometidos.
Lo lamentable de ese propósito es el hecho que el señor Juan Carlos Huarachi haya puesto a disposición del Movimiento Al Socialismo a la organización sindical que es utilizada como reducto de esa tienda política.
La COB, de acuerdo a su conjunto de normas, es una institución que unifica a los trabajadores para que muestren su impulso y capacidad en el deseo de fortalecer la actividad empresarial.
En consecuencia, el obrero boliviano no puede ser utilizado como marioneta servil de políticos que se aferran al cruel quehacer de impulsar la guerra entre los mismos bolivianos.
En ese marco, ya no es posible aceptar que haya un nuevo periodo de dictadura como el que duró catorce años a la cabeza de Evo Morales Ayma, quien, en el actual mandato de Luis Arce Catacora, actúa como un monarca detrás del trono lanzando amenazas y dando directrices para que su partido se eternice en el poder.