El Convite y la fe

Cuando se acercaba noviembre los orureños tenían mucha expectativa sobre qué pasaría con el Primer Convite, que se realiza el primer domingo de noviembre con lo que se suele abrir las actividades rumbo al Carnaval, que se realiza cada año entre febrero y marzo.

Días antes de la fecha indicada, luego de una reunión, en la que se analizó la situación que se vive en la actualidad por la pandemia del coronavirus, se decidió la postergación del Primer Convite hasta el domingo 5 de diciembre, que es hoy, y faltando un par de días la actividad fue nuevamente suspendida, probablemente para enero.

Hace dos días hubo gran revuelo, entre quienes defendían la postura de postergar la fecha para su realización o no, noticias iban y venían sobre la suspensión del Convite. Al conocer que las cifras de contagios aumentaron considerablemente, las autoridades de salud desaconsejaron la realización de la actividad, y el alcalde tomó la decisión de suspenderla.

Un día después se tuvo una reunión interinstitucional para adoptar una determinación, mientras tanto en las redes sociales la ciudadanía especulaba sobre si se suspendería o no el tradicional Convite debido a la negativa de danzarines y músicos de declinar su participación.

Finalmente se suspendió sin fecha de realización, sin embargo, se baraja la posibilidad de realizarlo en enero, y los músicos de la Fedbampo lo exigieron como condición para permitir la suspensión de la demostración coreográfica que debía efectuarse hoy.

Nuevamente las redes sociales se inundaron de videos cortos, tipo TikTok, en los que se usa un filtro de imagen, con lágrimas, y la voz del personaje de humor, conocido como Pocholo, en el que admite que lloró, que lo hizo el barrio entero y que convocarían a un cabildo, demostrando el descontento de la gente por la decisión.

Más allá de la broma, la postergación de la mencionada actividad afectó a muchos orureños que cifraron sus esperanzas de recuperación económica en la celebración del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, y sus respectivos convites.

El cuestionamiento por la suspensión del Convite surge de que se permitió la realización de otras actividades en las que se reunieron muchas personas, como marchas, ferias, conciertos, verbenas y más, pero ante el peligro de contagio y propagación del virus en el Carnaval, se decidió dejarlo para otra ocasión.

No obstante, esto demuestra que la gente más que fe y devoción parece tener un afán de figuración y “fiesteo”, porque la fe y la devoción se pueden demostrar de otras múltiples maneras. Por otra parte, está la manifestación cultural, pero ésta no tiene fecha de caducidad y también se la puede expresar en otro tiempo en que la salud no esté tan expuesta a un riesgo inminente.