Minerales y gas permiten estabilidad de la economía

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Se trata de dos recursos naturales, no renovables y más importantes en la estrategia de sostener la economía nacional, como productos exportables y cuyo tratamiento merece particular atención gubernamental, por lo que es necesario establecer su racional explotación sin limitaciones, pero tampoco que sobrepasen condiciones de natural preservación de nuestras dos fuentes de riqueza no renovable, justamente gas y minerales.

En el otro rubro de percepción de regalías, la situación no es mejor, pues la exportación de nuestros minerales persiste en las condiciones “tradicionales” por así explicar un proceso en la venta de nuestros concentrados, de los cuáles sólo un porcentaje reducido corresponde a la exportación de los lingotes metálicos de estaño que produce nuestra fundición. En los hechos, los dos rubros generadores de divisas por exportación de nuestros principales recursos naturales no renovables, tienen condición de “volatilidad” en sus precios que dependen de un comercio regido por la competencia internacional del ramo.

Pese a que la información internacional no es la más halagüeña sobre materia de precios para la producción de gas (petróleo) y minerales, debido a una serie de aspectos en la competencia que alientan los grandes consumidores, pero también los productores industriales de estos elementos, se presume que en la próxima gestión (2022) podría darse un incremento de precios que beneficie el comercio internacional de las importantes materias primas como minerales y gas, en el caso nuestro, condición estratégica relevante para impulsar la economía nacional.

Lo cierto es que el comercio internacional se mueve en función a grandes intereses de los países comercializadores de materias primas estratégicas, no precisamente productores, que en esta alternativa como la nuestra, nos obliga a someternos a cantidades y precios que disponen los “mayoristas” de un negocio delineado para el sostenimiento del gran comercio internacional de materia prima barata, para industrias de costosos productos.

La situación de los países productores, no sólo el nuestro, está regida por una línea paralela de control entre los que compran materia prima y los que la transforman en materiales de uso industrial o comercial para alimentar el movimiento de las grandes empresas que trabajan, justamente con ese material que se produce con mucho sacrificio y en condiciones infrahumanas para satisfacer la demanda de la gran industria que paga como quiere por lo que necesita para cumplir su rol de gran proveedor.

Sin embargo y pese a las circunstancias reinantes, hay un hecho innegable y es que todavía nos mantenemos en la condición de “pequeños productores” y por lo mismo dependientes de un inmenso comercio intermedio que fija las reglas de juego de compra y venta de la producción de la materia prima que para nosotros tiene alto costo no retribuido apropiadamente.

En criterios oficiales, las áreas que generan mayor atención y que constituyen para el órgano ejecutivo la opción para reconstruir la economía, son precisamente los hidrocarburos, minería y energía, industria y turismo como complementos generadores de recursos para cubrir un presupuesto que está en pleno crecimiento, mientras no sucede lo mismo con las fuentes que deben proveer más dineros para lograr un balance que evite la dispersión de fondos y ocasione un colapso en el sistema económico.

La recomendación de expertos reitera la necesidad de mejorar las fuentes productivas más importantes como hidrocarburos y minería, pues se trata de las fuentes más seguras para el financiamiento del presupuesto nacional. Un ejemplo de la bondad que permite mayores ingresos, se observa en la actualidad con mayores ingresos, gracias a la subida de precios de minerales en el mercado internacional. Menos mal que en los niveles de Gobierno se reconoce claramente que “el fondo de ingresos del gas y los minerales es determinante para la sostenibilidad de la economía nacional”.

Fuente: Medios. Agencias.