La marcha ¿del racismo?

El lunes llegó la marcha iniciada la semana pasada por Evo Morales y sus seguidores, la cual partió desde Caracollo, y en tiempo récord llegó a La Paz, a donde entraron corriendo, algo raro en quienes han estado días caminando, no se notó el cansancio, pero eso fue lo de menos, ya que la “protesta” en sí quedó opacada por el anuncio de la liberación de la exnovia de Morales, Gabriela Zapata.

Más allá de dejar las inmediaciones de la plaza San Francisco hechas un reguero de basura, latas de cerveza y otros, los dirigentes también se turnaron para vociferar encendidos discursos, la mayoría contra Santa Cruz, amenazando con marchar hasta la capital oriental para “nacionalizar” las empresas privadas, aunque la mayoría ya es de origen nacional, quizás se referían a expropiar las mismas.

Un Presidente marchando en apoyo a sí mismo y su gestión, eso sí fue raro, ya que, si quiere ganar apoyo de la población lo que tiene que hacer es gobernar para todos, para el 55 por ciento que votó por él y para el 45 por ciento que no lo hizo, más allá de las razones que hayan tenido para no hacerlo.

Volviendo al tema que nos convoca, como lo dijo el mismo alcalde cruceño, Johnny Fernández, esas amenazas contra Santa Cruz y sus empresas e industrias están fuera de lugar, ya que la mayoría de quienes protestaron contra la ley 1386 eran gremialistas y transportistas, y no empresarios privados, por lo que buscar un pretexto para adueñarse de empresas bolivianas, privadas pero nacionales al fin, puede rayar en racismo.

Los discursos encendidos contra los cruceños, también mostraron intolerancia y racismo, ya que Santa Cruz no fue la única región donde protestaron contra las leyes de Luis Arce, también lo hicieron en La Paz, Cochabamba, Potosí, pero no amenazaron a esas regiones. Morales dijo al iniciar la marcha que reventarían La Paz, pero sólo la reventaron de basura y nada más.

Otra de las regiones donde hubo protestas, amenazas y ultimátum’s fue Potosí, pero sus dirigentes cívicos no son procesados como el cruceño y tampoco recibieron amenazas de parte de los marchistas, por lo que uno se pregunta si se trata de una cuestión de discriminación, en ese caso se debería procesar, a los dirigentes que tomaron la palabra, mediante la ley 045, Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación.