El carnaval del coronavirus

En Oruro, la celebración del Carnaval, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, no puede dejarse de lado, es impensable, por lo que para el año 2022 se realizará la. Fiesta religiosa sí o sí, aunque sigue presente en la sociedad boliviana el coronavirus.

Pero el Carnaval orureño no se realiza uno o dos días nada más, se tiene que comenzar los preparativos meses antes, ya que desde los ensayos hasta la ropa que se viste durante la Entrada de Peregrinación y el Domingo de Corso, implican un ritual previo, con tradiciones y costumbres muy arraigadas, por lo que el domingo 5 de diciembre de este año se realizará el primer ensayo oficial, conocido como Primer Convite.

En el país, según las autoridades sanitarias, ha comenzado la cuarta ola de contagios del Covid-19 y se teme por la aparición de una nueva variante del virus, no obstante, según un análisis realizado de acuerdo a las estadísticas de la enfermedad, después de las primeras olas la letalidad de la misma fue bajando, mientras que las cifras de vacunación fueron subiendo.

Es cierto que la vacunación no puede ser obligada a través de medidas coercitivas, pero es necesario que las personas tomen conciencia de su importancia, ya que está demostrado que conforme fue avanzando la campaña de inmunización la letalidad del coronavirus fue disminuyendo, y de las personas que fallecieron, un mínimo porcentaje de vacunaron tuvieron ese fatal desenlace, la mayoría de quienes no lograron superar la enfermedad no estaban inoculados.

Para la realización del Convite se exigirá, al menos a los danzar Inés su carnet de vacunas, y se sancionará a quienes presenten un documento falso, según anunció el presidente de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro, ACFO, por lo que seguramente se hará la respectiva verificación.

Si todo sale bien el 5 de diciembre es probable que se avance a una siguiente etapa y luego de los ensayos respectivos se organice tanto el Último Convite como la Entrada de Peregrinación y el domingo de Corso del Carnaval, los últimos días de febrero.

Un aspecto a tomar en cuenta, y que será más difícil de controlar, es la asistencia del público espectador, porque en las graderías no se contempla ni medio metro de distancia de una persona a otra, es obvio que no habrá distanciamiento social y quizás sí se respeten las otras medidas de bioseguridad, pero eso también está por verse, ya que, aunque nos rasguemos las vestiduras, tanto en los convites como en el mismo Carnaval prima el consumo de bebidas espirituosas.

Lo único que se puede hacer es esperar que la gente sea consciente del riesgo que implica la aglomeración de personas y, se cuide cada quien por su cuenta, manteniendo las medidas de bioseguridad o recibiendo la vacuna contra el mal que ha azotado a la población en la mayoría de los países del mundo, de manera que se pueda celebrar la realización de la Obra Maestra, del modo más sano y seguro.