El papel de los periodistas en Las Londras

Hace casi un mes, un grupo de periodistas fue llevado a la hacienda Las Londras, aparentemente con argumentos engañosos, donde fueron encañonados con armas de fuego, secuestrados, golpeados, torturados y amenazados de muerte. Uno de los cabecillas del grupo armado, que para el ministro de Gobierno son personas individuales cometiendo delitos.

En este caso, de inicio el Gobierno, a través de sus representantes lo minimizaron, señalando que se trataba de un “altercado”, mientras los presuntos secuestradores dijeron que sólo intentaron “dar un susto” a los periodistas como si se tratara de un paseo al parque de diversiones.

Ahora el ministro de Gobierno minimiza el hecho de que estas personas formen parte de un grupo armado, ya que la alarma entre la ciudadanía está encendida por el peligro de que existan grupos irregulares. Según la autoridad gubernamental, son personas que actúan por su cuenta, cometiendo delitos. Sin embargo, durante la captura de un presunto cabecilla, el grupo opuso resistencia y efectuó disparos nuevamente.

Las personas que quisieron darles “un susto” a los periodistas, señalaron que no son avasalladores y reclamaron que Las Londras eran tierras fiscales, argumento corroborado por el Gobierno y el Instituto Nacional de Reforma Agraria, INRA, por lo que se declararon víctimas de empresarios “inescrupulosos” que dicen ser dueños.

Las versiones van y vienen, es decir, se hace una afirmación y luego se niega rotundamente, se habló de encubrimiento del Gobierno a esos grupos presuntamente irregulares, y de la amistad que hay de los cabecillas con el director del INRA, ya que a su llegada a San Julián esas personas lo recibieron entre aplausos, para luego indicar que la tierra en conflicto era una reserva fiscal intangible.

¿Y si realmente se trata de una tierra fiscal en disputa?, ¿si en realidad la hacienda Las Londras no tiene un dueño legítimo y legal? Entonces ¿qué papel tenían los periodistas secuestrados entonces? Al parecer sólo los utilizaron, como se dice en el lenguaje popular, “cómo tontos útiles”.

Sin embargo, la agresión existió, no se trató de “un susto”; de que hubo secuestro, es una realidad, o ¿cómo se llama a la retención de personas durante 7 horas, con golpes, torturas y amenazas de muerte?

Sin embargo, los periodistas no se quedarán sin hacer nada, ya que su integridad y su propia vida fueron puestas en peligro, y al haber sido amenazados con armas de fuego no se van a tragar el cuento de que sólo fue “un susto” o un “altercado”, el hecho fue denunciado en el nivel internacional y se tiene que dar soluciones, más allá de que se haya puesto su vida en riesgo, sino que, de confirmarse la presencia de grupos irregulares en Bolivia, se debe actuar rápidamente para desbaratarlos y no permitir que siembren violencia.