La explotación irregular de oro ocasiona depredación agrícola

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

El brillo del oro se ha convertido en un atractivo ineludible, para un sector de inversionistas mineros, pero también para “rescatadores” del metal precioso en ríos paceños, generando en ambos casos un inusitado movimiento de capital financiero, de personal y hasta de pesado equipo minero, para la extracción industrial del dorado y costoso mineral.

Especialistas señalan que la explotación intensiva del oro, genera impactos negativos en el medio ambiente, pero además es la causa de serias desavenencias entre pobladores de algunas comunidades en las que prevalece la actividad agrícola y ganadera que es alterada por los rescatadores auríferos, ocasionando enfrentamientos que han derivado en hechos de violencia que pueden agravarse al no existir disposiciones que regulen las actividades mineras, especialmente.

Está visto que la extracción intensiva de oro ocasiona conflictos y daños ambientales, por lo que se hace necesaria una pronta reglamentación del uso de territorios, para explotación de oro, tomando en cuenta que muchas zonas son agro ganaderas y sustento de vida de muchas familias que demandan en la actualidad la preservación territorial y reglamentación de labores mineras, prohibiendo especialmente el uso de químicos en las actividades mineras.

La explotación del oro que tiene característica de ilegalidad en parte de nuestro territorio, especialmente en zonas agrícolas, está generando una serie de inconvenientes que en varios casos han pasado a los hechos de violencia con saldo de afectados, agricultores en mayoría, defendiendo sus propiedades y su producción de abasto especialmente frutícola, para los mercados de varias ciudades, incluso poniendo en riesgo un incipiente mercado exportador que costó mucho habilitarlo y que sería prácticamente anulado.

Bajo estas negativas condiciones, sectores de agricultores demandan de las autoridades de Gobierno, la aplicación de medidas que defiendan las actividades agrícolas, reglamentando las mineras y prohibiendo el uso de elementos contaminantes que afecten la producción frutícola de una amplia zona de los valles paceños.

El sistema productivo tradicional de la zona agraria se ve alterado con la incursión de actividad minera, denunciada como depredadora y exigiendo su retiro del sector para evitar la contaminación de una vasta región agrícola. En la actualidad hay un serio problema de “presiones políticas” que alteran la pacífica convivencia de tradicionales poblaciones agrícolas, donde se exige el retiro de productores mineros, algunos que inclusive ya instalaron maquinaria pesada en cabecera de ríos.

Frente a la situación reinante, autoridades regionales han optado por “frenar” temporalmente las actividades mineras, en tanto puedan ser reglamentadas y se garantice la seguridad de la tradicional producción agraria de la región. La falta de elementos técnicos para el control productivo en varias zonas del país, generan conflictos de vecindad, alteran derechos comunitarios, pero también detienen algunos planes de diversificación comercial que debidamente reglamentados permitirían un mayor crecimiento regional.

Lo importante, según los entendidos, es que se logren y se respeten acuerdos que sean favorables a los segmentos productivos, garantizando la salud de la comunidad y su desarrollo.

Fuente: Medios