La minería será pieza fundamental entre futuros proyectos productivos

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En el último tiempo, se ha podido observar un “decaimiento” de la economía nacional debido a varios factores identificados por los expertos en materia financiera y que expusieron variadas consideraciones en torno a la situación reinante, en un proceso de lento avance en la recuperación de los sistemas de producción estratégica, incluso en sectores de variable rendimiento debido al comportamiento financiero en circunstancias poco favorables.

Cuándo se hacen ese tipo de anuncios en el frente oficial, casi siempre se dirigen a la aplicación de programas para incrementar la explotación de recursos naturales, que sin ser muchos los propicios para su extracción y comercialización masiva, son justamente los considerados estratégicos y por lo mismo los de mayores perspectivas económicas, aunque no precisamente en tiempo y espacio que desearan los “explotadores” de esas reservas naturales.

Se estaría produciendo un cambio, no precisamente concluyente, pero determinante transitoriamente, en la medida que prevalece el marcado interés de inversionistas mineros en la zona oriental, corriente a la que se agrega paulatinamente un capital “regional” de los tradicionales agropecuarios para tentar utilidades “brillosas” en el rubro de la minería.

En todo caso la minería mueve mucho capital, aunque el retorno económico en recuperación de capital y utilidades es lento, no cabe duda que su beneficio es mayor, por lo mismo la espera se justifica, aunque en algunos sectores prevalecen criterios de seguridad y que no alteren programas definidos que se desarrollan por determinados periodos en un año, sin poner en riesgo el resultado de beneficios, ni el orden de un sistema productivo tradicional.

Hay quienes plantean una diversificación de operaciones productivas aunque no se definen plenamente, los factores de inversión, de tiempo operable, de personal requerido, desarrollo de proyectos, recuperación de capitales y lo más importante, generación de utilidades. Todavía no son más las ideas de cambio, la experiencia de algunos productores puede permitir ciertas experiencias, pero posiblemente no alteren el esquema principal de la producción agrícola y ganadera de una gran zona nacional, dónde la minería está en cuestión…

Altiplano minero

Otra es la cuestión en la denominada zona del altiplano minero, el caso de Potosí, Oruro y desde hace tiempo el distrito de La Paz, en el que han crecido diversas operaciones mineras, incluyendo las más recientes y localizadas en las “cabeceras” de varios ríos, dónde se explota oro, rudimentariamente primero y de rápido crecimiento mecanizado, con la instalación de enorme y moderna maquinaria extractiva, una minería especial de mucho movimiento y que se expande en la parte norte del departamento paceño.

El movimiento minero en la zona occidental del país ha sido tradicional, una cuestión que definía la ubicación de las fuentes de riqueza minera, que se explotaba y aún se lo hace preferencialmente en la zona altiplánica del país, pero nuevas alternativas, una incesante búsqueda de minerales y el conocimiento tecnológico aplicado en nuevos emprendimientos, permiten vislumbrar más segmentos mineralizados en la zona y saliendo de la misma en el territorio de distritos vecinos, donde ya se han detectado fuentes mineras.

El altiplano minero se amplía, las inversiones crecen y las posibilidades de encarar una minería de alto rendimiento son cada vez más accesibles a las posibilidades de emprendedores mineros, que sin embargo, sugieren y reclaman la aplicación de normas que hagan posible la atracción de capitales, para emplazar una minería “asociada” que tenga seguridad y suficientes garantías para su desarrollo.

La importancia de utilizar recursos destinados a “proyectos productivos” de alto beneficio deben favorecer a los provenientes de la minería, considerando su efecto multiplicador y las posibilidades de impulsar procesos no solo mineros, sino especialmente dirigidos a consolidar la metalurgia, como la industria más importante que ponga sello de calidad con “valor agregado” al tratamiento de nuestra materia minero metalúrgica para su exportación en condiciones de alta competitividad y rentabilidad.

Se disponen de algunos datos señalando un paulatino crecimiento de la minería, mejorando su inclusión en los procesos de exportación de la principal materia prima nacional, no precisamente la proveniente del sector estatal, más bien buen parte de la minería privada, esa que devuelve utilidades, paga impuestos y apoya el tránsito hacia la instalación y consolidación de una gran industria minero metalúrgica.

El planteamiento más importante del sector minero es concretar planes de alta productividad para fortalecer el crecimiento del sector y hacer viable un pronto paso a la industria metalúrgica, el complemento imprescindible para fundamentar la nueva Bolivia minero metalúrgica. Una proposición a los empresarios del sector y una recordación al Gobierno para que apoyen la consolidación del desarrollo nacional.