(Dedicado a la Pachamama)
• Por: Rómulo Quintana Soza
El planeta Tierra es uno de los astros privilegiados del universo por tener vida, gracias a todos los elementos que contiene.
Elementos que hacen al medio ambiente, a nuestro hábitat, tales como el aire, el agua, el sol, los bosques, amigos a quienes nunca agradeceremos lo suficiente por la posibilidad de vivir que nos dan...
Un autor dice que el hombre tiene la capacidad de transformar la Naturaleza, en su propio beneficio, de mejorarla o de destruirla; en cambio los animales se adaptan y aprovechan lo que les brinda sin transformarla, o si lo hacen es por hábito genético. ¿Será que los animales tienen mayor capacidad de cuidar su hogar?
El sol, fuente de vida, está convirtiéndose en pozo caliente de enfermedades y de muerte, porque el hombre está destruyendo, sin medida ni clemencia, la capa de ozono que nos protege.
Bosques talados sin misericordia, que reducen el oxígeno que necesitamos, porque faltan las plantas y los árboles que purifiquen el aire. Un filósofo decía que el hombre es artífice de su propio destino, pero también es autor de su propia destrucción.
Si “cultura es todo lo que hacen los grupos humanos en su vida de relación social, con carácter acumulativo y selectivo, en el espacio y en el tiempo”. Según dice Mario Montano. ¿Será esa selección que hace el hombre la posibilidad de mejorar o empeorar su medio ambiente?
En su inteligencia, selecciona de acuerdo con sus intereses e intenciones, generalmente egoístas. No siente la intensidad de la importancia que tiene en su vida. No cavila en la interrelación e interdependencia: Hombre - Naturaleza.
Porque no ve la Naturaleza, sólo la usa. Porque no ve en la pequeña flor que aplasta o que está escondida entre las rocas, o, en los grandes eucaliptos y sauces llorones que caen hasta sus pies, más que objetos de uso, de aprovechamiento y no seres que están en correlación con cada uno de nosotros.
La aldea global de McLuhan, está a punto de expirar, pues el hombre está destruyendo su propia casa, su aldea, su pueblo, su ciudad, su nación y su Tierra.
Es una perogrullada decir que debíamos cuidar nuestro hábitat, que debíamos acrecentar las formas de vida sin destruir jardines para construir selvas de cemento; sin talar bosques que pueden volverse a sembrar; mantener las especies de flora y fauna que se están extinguiendo cada hora.
Participante de la vida, el hombre (con minúscula), es el depredador más efectivo que tiene la Naturaleza (con mayúscula), viene viviendo una etapa sincrónica - inmediatista, sin pensar que lo que destruye ya no vuelve y, lo que no vuelve mejorado, no puede garantizar su futuro.
Maltrecha, la Pachamama, los montes, llanos y valles están clamando al ser que se cree el amo del universo, de la Tierra y de los otros pueblos, un canto de amor, antes que de destrucción...
La Naturaleza vive, nosotros la matamos porque no la vemos...
(*) Periodista y docente universitario
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.