El verdadero pueblo

Los dirigentes rurales de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), pidieron al Gobierno no abrogar ninguna ley, con el argumento de que se debe escuchar al “verdadero pueblo”, lanzando calificativos y acusando a los cívicos de Potosí y Santa Cruz, a la vez que convocaron a sus bases a una marcha que partirá de Caracollo rumbo a La Paz en “defensa” de Luis Arce.

Ellos están en su legítimo derecho de defender la causa que deseen, porque son dueños de sus creencias, pero lo que no pueden hacer es autonombrarse “el verdadero pueblo”, porque estarían descalificando a quienes no pertenecen al sector de trabajadores del agro, en una flagrante muestra de discriminación a quienes forman parte de otros sectores de la sociedad.

Por otra parte, son diferentes sectores los que piden la abrogación de un grupo de leyes, porque son inconstitucionales y de cierta manera les afecta, pues todo depende de la interpretación que se le dé a una norma, no se trata de negarse a que se castiguen los delitos, sino que no se señale a cualquier ciudadano como delincuente, pues en la misma ley de leyes está presente la presunción de inocencia.

Los campesinos no quieren que se abrogue nada, a lo mejor a ellos no les afectan esas leyes, o quizás nunca se aplicarán a ellos, pero no porque sean santos o infalibles, sino porque la justicia hace mucho que perdió su credibilidad, al menos para el 45 por ciento de la población que no votó por la fórmula que actualmente gobierna el país.

Asimismo, se señala a los cívicos como enemigos, inclusive a uno como asesino, pero no mostraron pruebas ni demostraron nada, por lo tanto, no se puede señalar a alguien como delincuente si es que no se demuestra que lo sea. En el caso del dirigente potosino, no se le puede llamar asesino porque el joven que murió en ese departamento, según la autopsia, sufrió asfixia con su propio bolo de coca, ¿cuál sería su culpa?

El Presidente boliviano, Luis Arce, ya anunció la abrogación de la Ley 1386, lo que resta es eliminar esa norma para sentarse en mesa de diálogo y trabajo para analizar y redactar sin ambigüedades las leyes destinadas a luchar contra el crimen, pero en ellas deben participar tanto oficialistas como opositores, y se debe escuchar tanto a la mayoría como a la minoría, lo contrario sería discriminar en razón de la ideología, lo cual también está penado por la Ley 045.

Es de sabios reconocer que no siempre se tiene la razón y que algunas veces tenemos que ceder en nombre de la paz, la tranquilidad y la buena convivencia, en lugar de buscar más enfrentamiento se debe comenzar a trabajar por el bien de todo el país, campesinos y citadinos, rojos y azules, políticos y ciudadanos de a pie, en conjunto, todos los bolivianos.