El sector salud, profesionales y trabajadores persisten en demandas que el gobierno de Evo Morales no quiere atender, como es la abrogatoria del Decreto Supremo 1126, que impone una jornada laboral de ocho horas.
Esa situación fue observada por el personal de salud porque, según manifiestan, se vulneraron derechos adquiridos con cuatro décadas de vigencia.
El Gobierno justificó el 24 de enero de este año, con la promulgación del mencionado decreto, que el propósito es ampliar el acceso a la atención de salud de la población, optimizando el aprovechamiento de la infraestructura instalada.
“Es de urgente necesidad restablecer la jornada laboral de ocho horas diarias de trabajo de profesionales y trabajadores en salud; a fin de aumentar el horario de consulta externa, incrementar el tiempo de atención al paciente de internación hospitalaria, brindar atención en el día para la toma de muestras y atención en laboratorios, y otros servicios de carácter administrativo”, se señala como parte de la justificación.
DECRETO
El D.S. 1126 señala en su artículo 1º: “El presente Decreto Supremo tiene por objeto restablecer en el Sistema Nacional de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia: Público y la Seguridad Social de Corto Plazo, la jornada laboral a tiempo completo de ocho (8) horas diarias y la jornada laboral de medio tiempo de cuatro (4) horas diarias”.
Mientras que en el artículo 2º se menciona que el Ministerio de Salud y Deportes, en un plazo de sesenta días aprobará, mediante Resolución Ministerial, los reglamentos necesarios para el cumplimiento del presente Decreto Supremo.
Al mismo tiempo, se planteó una sola disposición transitoria que afirma: “En tanto se apruebe la reglamentación específica para la implementación del presente Decreto Supremo, las disposiciones normativas referidas a la jornada laboral en el Sistema Nacional de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia: Público y la Seguridad Social de Corto Plazo, mantienen su vigencia y aplicación”.
Ante ese hecho se abrogaron los decretos 6728, de 25 de marzo de 1964; 09357, de 20 de agosto de 1970 y el 20943, de 26 de julio de 1985, que respaldaban las seis horas de trabajo.
SALUD
Esa medida originó en el sector salud la declaración de la huelga general indefinida, sin la suspensión de los servicios de Emergencia, que tiene más de 25 días con este domingo. Las marchas de protesta, las asambleas diarias y los piquetes de huelga de hambre son una muestra del rechazo de esa normativa.
Los afectados se niegan a acatar el D.S. 1126 porque lo consideran “anticonstitucional”, además que vieron como una oportunidad para analizar en profundidad la problemática de salud del país, tratado como “problema estructural”, ya que el Gobierno debe resolver temas de infraestructura, equipamiento, insumos, ítems de nueva creación y otros, para que mejoren los servicios de salud. “El incremento de horas no es solución”, dijeron.
Sólo para tomar un ejemplo de las deficiencias de salud, el departamento de Oruro solamente tiene dos especialistas nefrólogos para una población de más de 40 mil habitantes. Lo mismo ocurre en otras especialidades como cardiología, neurología y muchas más.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bolivia tiene 10.329 médicos, 18.091 enfermeras y 5.997 odontólogos, lo que representa 1,2 médicos, 2,1 enfermeras y 0,7 odontólogos por cada 1.000 habitantes, con esos indicadores Bolivia está situada en el puesto 90 del ranking mundial en atención de la salud.
Los dirigentes del Sindicato de Ramas Médicas en Salud (Sirmes) aseguran que esos datos son sólo una muestra, para hacer notar al Gobierno, que el problema de salud es más grande de lo que parecía y que las ocho horas de trabajo no mejorará la salud de los bolivianos.
Fuente: La Patria
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