Desechar rumores, deber de todos los jóvenes y niños

Es muy importante que desde las aulas de escuelas y colegios se divulguen los principios de la verdad, la honestidad, la honradez y la responsabilidad. Tanto el gobierno, a cuya voluntad actúan los áulicos y los que buscan réditos, como los componentes de la oposición o de quienes no concuerdan con las autoridades, deberían evitar la difusión de lo falso, del engaño y la mentira, de lo que más temprano que tarde rebotará causando más daño que el esperado; deben evitar lo que ellos critican y saben que no concuerda con los sentimientos del pueblo; deben impedir que los aliados de partido o de grupos tendenciosos afines con la delincuencia que espera ocasiones para sus delitos, cumplan propósitos contrarios al bien común.

Muchas veces ocurre que personas interesadas tratan de mostrar situaciones y hechos contrarios a la verdad y donde el engaño se hace parte sustantiva de la amistad, del modo de vivir y hasta de pasar clases y los momentos libres en recreos.

La niñez y la juventud por fortaleza que tengan en virtudes, siempre pueden ser vulnerables a criterios o teorías extraños al buen vivir y mejor entendimiento en armonía con principios y valores que, en la mayoría de los casos, pueden inculcarse en colegios y escuelas al margen de que originalmente, hayan tenido asiento en sus hogares.

Muchos de los males que hoy asuelan a la humanidad pueden ser superados debido a la educación y formación que hoy reciban nuestros jóvenes; es decir, bien se puede sostener que el futuro de condiciones aptas para la vida digna radica en las nuevas generaciones.