Decisiones

El caso de una menor embarazada luego de ser violada por el padre de su padrastro ha levantado mucha polémica, se pronunciaron la Iglesia, organizaciones del Estado, personas de a pie, grupos de activistas pro aborto y feministas, unos a favor de la vida y otros por la interrupción de la gestación. Hasta hubo un pronunciamiento de parte de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

Obviamente la Iglesia Católica se pronunció a favor de la vida, se llevó a la niña a un albergue donde habitan otras mujeres que se encuentran en similar situación, lo que fue calificado como un atentado contra la menor por entidades del Estado y la Defensoría del Pueblo.

Ella estaba a punto de ser sometida a una intervención para interrumpir el embarazo, pero personas que trabajan para la institución de la Iglesia se acercaron y según se denunció “convencieron” a la niña y a la madre a desistir de la intervención quirúrgica, aunque la madre de la menor lo negó recientemente.

Las opiniones divididas derivaron en protestas de grupos feministas y pro aborto, que llegaron hasta instalaciones de la Iglesia para cometer vandalismo, por lo que los representantes de la Iglesia anunciaron procesos legales contra esas personas, por discriminación en razón de la religión que profesan.

El documento de la ONU señala que el obligar a una niña a dar a luz es una “tortura” para la menor, también se indicó que el Estado debe asegurar que no se cometa contra la niña ese “delito” y que se debe garantizar su derecho fundamental a la vida, más aún en este caso en el que existió violencia.

Es necesario que el Estado se pronuncie en este caso, y se tiene, en lo posible, que evitar la revictimización de la menor, se tiene que priorizar la salud y la vida de esta niña, sin embargo, un aborto también puede resultar traumático para esta pequeña que ya fue sometida a la violencia. Es una situación de difícil solución, ya que la decisión está entre lo que dicta la ética y la moral, entre la vida y la salud y la revictimización y la muerte.

La Iglesia defiende la vida del pequeño en gestación, pero también se debe pensar en la vida de la niña que lleva en su vientre a un pequeño ser que irá creciendo y puede complicar la salud de la menor. Sin embargo, es también una decisión de la familia de la niña, la madre asegura que no desea que se interrumpa el embarazo y aseguró que ella pensará qué hacer con el bebé una vez que nazca. La actuación de la Defensoría del Pueblo fue criticada por la Iglesia que aseguró que debía defender los derechos tanto de la niña como de su bebé en gestación, en lugar de fijar una posición contra la vida.

En realidad, es cierto que se debe considerar la posición de las leyes como señala el documento de la ONU, para evitar un daño mayor a la niña embarazada, pero también se debe tomar en cuenta la de salvar la vida porque nadie puede decidir quién muere y quién vive; en todo caso debe haber un consenso en la familia de la menor para que tome una decisión luego de ser informada sobre las consecuencias de interrumpir el embarazo o de permitir que éste siga su curso y ahí acabar con la polémica.