Les guste o no lo que se difunde en los medios de información, así sean independientes o estatales, para que haya democracia se deben tener los diferentes puntos de vista y no esperar que todos los periodistas sigan un libreto, de acuerdo a sus intereses, políticos, partidarios y personales
Ya se dijo hasta el cansancio que el periodismo es publicar lo que el poder no quiere que se sepa, y nuevamente se busca coartar la libertad de prensa con una ley propuesta por el llamado “pacto de unidad”, movimiento afín al partido que gobierna en Bolivia, llamando a quienes no comulgan con sus ideas “pititas” y mentirosos.
Precisamente en democracia debe haber pluralidad de ideas y por supuesto libertad de prensa, ya que en este tipo de gobierno se debe escuchar la verdad desde los diferentes ángulos que se presenten, así le guste o no al poder político y a quienes detentan ese poder.
Cómo señalaba un eslogan “sin libertad de prensa, no hay democracia”, ya que es imposible que imponiendo ideas exista libertad de opiniones, de pensamiento, derecho al disenso y a no creer todo lo que el partido quiere que se muestre como verdad absoluta.
Inclusive quienes aseguran tener toda la verdad, pueden estar equivocados, pues el mundo de cada persona es de acuerdo a sus creencias, a su percepción de la realidad, no es la realidad en sí, es como si cada individuo tuviese un mapa en su mente y ve una parcela de la realidad lo que para esa persona es su verdad.
Ya se hizo un intento por cambiar la Ley de Imprenta, señalando que estaba obsoleta, pero nada más alejado de la verdad, pues esa norma es sabia en su contenido, pues sus principios son inamovibles y no prescriben porque son pensados en el bienestar de la población en general, cosa que no ocurre con muchas de las actuales leyes, porque no son redactadas por juristas, ni con sentido común, sino con una sed de vengarse de los opositores al régimen.
Los periodistas, para mejorar su trabajo, solicitaron hace muchos años el tratamiento de una ley de acceso libre a la información del Estado, para que se pueda informar mejor sobre lo que están haciendo el Gobierno y todas las reparticiones estatales, pero se le dio largas y al final no se trató la misma.
Según los afines al Gobierno, lo que se quiere con esa ley es evitar afanes “desestabilizadores” y que se atente contra la gestión del actual Presidente, Luis Arce. Además, en su pronunciamiento señalaron que quieren expulsar a todos quienes ellos consideran “pititas”, o sea que ni siquiera existe la posibilidad de ser neutral, porque se lo calificará y se lo expulsará.
También se busca el “control de traidores, infiltrados y pititas en el aparato público y promover su expulsión”, olvidando que oficialistas o no, los bolivianos en general tienen derecho al trabajo.
Acusaron a quienes disienten, de ser “pititas” y a estos, de apoyar los hechos de 2019 y de promover una agenda mediática para desestabilizar al Gobierno, “a través de la mentira”. Atribuyen a algunos medios el pretender hacer ver a “golpistas y masacradores del 2019 y 2020” como si fuesen “santas palomitas” y perseguidos políticos, según su pronunciamiento.
Es decir, o todos publican la versión oficial de un golpe de Estado o son marcados como enemigos al régimen y se pretende dejará esas personas sin trabajo.
Les guste o no lo que se difunde en los medios de información, así sean independientes o estatales, para que haya democracia se deben tener los diferentes puntos de vista y no esperar que todos los periodistas sigan un libreto, de acuerdo a sus intereses, políticos, partidarios y personales.
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