Previsiones de crecimiento económico en la región no tienen buenos augurios

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No se puede contradecir las proyecciones de organismos internacionales que manejan diversos factores en materia del crecimiento de la economía de la región y menos las que apuntan de manera directa a países en desarrollo como el nuestro, cuando estamos saliendo de un periodo crítico tras los problemas que alteraron planes de desarrollo, por priorizar el cuidado de la salud, ante la amenaza de la pandemia del Covid-19, que obligó a reducir ostensiblemente las principales actividades productivas del país, como la minería y alimentos.

Está muy claro que si la economía mundial se deprime, las exportaciones de Bolivia en base a la producción de minerales y un incremento en el rubro de ciertos productos alimenticios, sufren una caída en su producción, cuando los mercados externos evitan hacer compras y postergan ciertos negocios que fueron programados para la paulatina recuperación de nuestros ingresos vía contratos de comercio externo.

Previsiones contradictorias

En la primera semana del mes en curso, el Banco Mundial (BM) proyectó para nuestro país un crecimiento de 5,5% y el mes pasado la Cepal estimó un 5,1% mientras que el Gobierno y el BCB estimaron cautelosamente un 4,4%. A propósito el FMI, en un reciente informe da cuenta que la economía boliviana decreció en (-) 8.8% el 2020 y por consiguiente el año presente su crecimiento será sólo de 4%, una cifra muy próxima a la oficial.

Como efecto positivo se estima que el desempleo que el año pasado fue de 8.8% descenderá esta gestión a 7,8% y el año venidero será sólo de 6%, permitiendo mayor seguridad en el rubro productivo que constituye la base de la economía, en función a mejor rendimiento para mayores exportaciones. En segmentos de alta producción como la minería, la participación de un mayor contingente laboral, asegura más producción y mejor recuperación financiera.

Se insiste en la necesidad de dar mayores ventajas al crecimiento de sectores estratégicos como la minería, la producción de alimentos o la construcción, pero en todo caso facilitando los medios de seguridad para incrementar las inversiones, de modo que se muevan “capitales” que dinamicen proyectos pero…garantizando las inversiones, y cuidando que las mismas sean utilizadas en los rubros de mayor rendimiento, como la minería y metalurgia, que constituyen para Bolivia, un elemento de seguro crecimiento, en la medida de su multiplicación y efectividad operativa.

Para los entendidos todavía persiste la marcada incertidumbre en la economía mundial debido a las variables que imponen las grandes potencias en función al resguardo o al crecimiento de sus intereses, dependiendo de tiempos y efectos el movimiento de operaciones que casi siempre “reproducirán” buenos dividendos de los cuáles en mínimo porcentaje alcanzarán a los exportadores de materias primas, como es nuestro caso, que todavía exporta su riqueza minera en condición de concentrados y una mínima proporción en calidad de metales con valor agregado.

Problemas internos

Frente a esa situación de orden interno, se reconoce la vigencia de muchos problemas internos que deben ser atendidos en cierto orden de prioridades, tomando en cuenta su mayor proximidad a beneficios sociales colectivos y la tendencia de promover su crecimiento, facilitando medios y otorgado garantías para la atracción de capitales, que hagan posible fortalecer la economía estatal sin que esto signifique descuidar la inversión pública, objetivamente definida para impulsar soluciones de la problemática institucional, y en ningún caso con destino a dilapidar recursos públicos en promoción política de autoridades en busca de popularidad.

El uso de fondos financieros, generados en cada distrito en función a la explotación de sus recursos naturales, no son adecuadamente dispuestos, en muchos casos las autoridades los utilizan para cubrir gastos extraordinarios que no responden a requerimientos de la comunidad. El caso de los distritos mineros y de Oruro en particular, tiene un grave problema cuando los reducidos ingresos de sus regalías mineras no se destinan a mejorar condiciones de vida de la comunidad.

Instituciones localistas han planteado a las autoridades la solución de la problemática económica, de modo que los ingresos de mayor monto financiero sean utilizados en proyectos de desarrollo y no dilapidados en programas de proselitismo que sólo confunden a la gente y no mejoran su modus vivendi.

Bajo alternativas reales de trabajar por el bienestar de los orureños, se pide a las autoridades coordinar de manera conjunta el buen uso de las regalías mineras, considerando que provienen del comercio de la riqueza minera del distrito, que dicho sea de paso, no están precisamente en proporción a las reservas de nuestro potencial minero extractivo, un asunto que aparte merece atención de expertos para su valioso aprovechamiento.

Fuente: Agencias. Medios. PM.