Vuelve el Carnaval de Oruro

Después de un año de no haber celebrado el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, durante una gestión, los dirigentes esperaron a que el nivel de contagios por coronavirus bajara, pero los orureños sin su fiesta religiosa no pueden vivir.

La verdad es que la economía orureña se mueve más cuando se realiza el Carnaval, además que en esta gestión se vivió la fiesta folklórica mediante transmisiones en diferido de anteriores entradas, antes de la llegada de la pandemia del Covid-19, y muchos devotos añoraron estar ahí de nuevo.

Si bien se puede reelegir a una persona que supo administrar una institución, tampoco conviene que se siga reeligiendo de manera indefinida, porque sería un atentado a la democracia de esas entidades. Además, que la actual directiva no rindió cuentas de las anteriores versiones del Carnaval, y no se sabe a ciencia cierta a quienes beneficia más la fiesta religiosa.

Todos los ciudadanos orureños, de cierta manera, somos dueños de esa manifestación cultural y tenemos derecho a saber a dónde van los recursos que se ganan de la venta de asientos, metros lineales, de los montos elevados de las cuotas de los danzarines, ya que el objetivo de la erogación de dinero es la mejora continua de la Obra Maestra.

Si bien la fiesta ha crecido y se fue convirtiendo cada vez más en una magnífica manifestación cultural, por la mejora en los trajes, coreografías, nuevas composiciones de música y cantidad de devotos, no se debe descuidar, menos ahora que Perú demostró su intención de apropiarse de danzas creadas en Bolivia y que ya son una tradición que encanta a propios y extraños.

También llama mucho la atención de visitantes la fe y devoción que la gente demuestra hacia la Virgen del Socavón, motivo para la realización de dicha fiesta y por todo el afán al que se someten, no sólo los orureños, sino toda persona que cree en su milagrosa intercesión.

Lo que es un hecho es que se debe tomar en cuenta para que la entrada, convite y otras actividades relacionadas con el Carnaval sean un éxito, se debe recordar que la pandemia aún no ha desaparecido, por lo que tanto público como danzantes deberán guardar la debida distancia, cubrir la boca con un barbijo y desinfectarse bien las manos, además de evitar, a toda costa, conductas que signifiquen la propagación de la enfermedad.

Lo bueno de que primero se organice el Convite es que se podrá saber, con mayor exactitud, si es posible realizar la entrada propiamente o no.