Lo que sabemos de nuestros pensamientos

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A la mente muchos le llaman la “loca” porque nunca para de hablar, o más bien de pensar, cuando estamos por dormir, cuando vamos a descansar, cuando estamos en la ducha, lavando los platos o cocinando, la mente está pensando en muchas otras cosas.

Según estudios que se hicieron sobre lo que piensa la mente, se llegó a la conclusión de que la mayoría piensa en el presente y en el futuro, pero hay un grupo que se enfoca mucho en el pasado.

Especialmente en Latinoamérica, las personas son “entrenadas” para pensar en el pasado, ya que en los estudios en la escuela se hace mucho énfasis en la historia, pero no para aprenderla y evitar su ciclo, sino que nos enseñan a añorar el pasado, a intentar volver para cambiar las situaciones; pero lo que no saben, aquellas personas que enseñan a enfocarse en el pasado, es que mientras más se viva en aquél tiempo, menos posibilidades hay de forjarse un futuro prometedor.

La salud mental depende mucho de lo que pensamos y para muchas personas se hace difícil dejar de pensar, por ejemplo, cuando estamos en un momento de meditación, en que nos dicen que pongamos la mente en blanco, porque la mente se pone más cotorra que nunca, y empezamos a pensar a mil por hora en lo que debemos hacer más tarde, lo que tenemos pendiente para mañana o la próxima semana, si apagamos la plancha o dejamos el gas abierto, es decir, abundan las preocupaciones.

Para lograr poner la mente en blanco y darnos un respiro de tanto pensar, podemos recurrir a dos estrategias:

1. El maestro místico Osho sugiere darle toda nuestra atención a la mente, hablar con ella y decirle “bueno, ahora tienes toda mi atención, dime todo lo que quieras”, entonces ocurrirán unos segundos en que la mente quede en blanco. Mientras más veces se practique este ejercicio más tiempo se logra poner la mente en blanco y poder descansar.

2. Otra forma es practicar la respiración consciente o mindfulness, que consiste en ponerse cómodo, cerrar los ojos y comenzar a respirar profundamente, dejando que se hinche y deshinche el estómago, como respiran los bebés. Atender únicamente a la respiración.

Después se hace una inspiración profunda contando hasta 5, se mantiene el aire 5 tiempos y se bota en 5 tiempos, se aguanta 5 tiempos sin aire y se vuelve a inspirar. Repetir unas 3 o más veces el ejercicio, hasta que uno se sienta relajado.

Espero que les sirvan estos ejercicios para calmar un poco la mente y ganar en lucidez, paz y tranquilidad. Hasta el próximo artículo.

(*) Es Coach diplomada en Coaching Femenino, Coaching Ontológico, certificada en Bienestar Emocional, PNL y Liderazgo Femenino, diplomada en Animación a la Lectura

Cel. 76141388