Es necesario que se garantice el tratamiento de aguas ácidas, previo al embovedado; y también se debe solucionar el asunto de las aguas servidas, para que el lago Uru Uru vuelva a ser un lugar lleno de vida
Hace unos meses se alertó sobre el embovedado del canal Tagarete que quedó detenido, ahora, las autoridades de salubridad observaron que no se podrá continuar el trabajo del segundo tramo porque primero se debe hacer el correcto tratamiento de las aguas ácidas de San José, que desembocan en el canal.
La observación de los expertos es que si las aguas entran directamente al embovedado, sin un tratamiento previo, pueden dañar la estructura de la obra, por lo que se detuvo hasta que se solucione ese problema con las aguas que se bombean de la mina San José y van a parar al Tagarete. Por otra parte, esas aguas seguirán llegando al lago Uru Uru y contaminarán el espejo de agua de dicho humedal.
Quizás una solución sería que esas aguas ácidas desemboque en otro lugar, donde el daño ambiental sea de menos impacto, o se busque una manera de tratarlas para neutralizar el efecto nocivo del ácido, pero en ese caso se tendría que añadir algún aditivo químico que alcalinice las aguas, habría que contratar expertos que aconsejen la mejor solución.
El representante de Salud Ambiental de la Alcaldía Municipal de Oruro, ni habló de la planta de tratamiento de aguas servidas, que si bien es posible que no afecte a la obra igual que lo harían las aguas ácidas, la contaminación que llega hasta el lago Uru Uru es también preocupante, por lo que es necesario que también desde esa instancia edil se ocupen de darle una solución.
Por otra parte, el primer tramo del embovedado tiene observaciones que se deben corregir, por lo tanto, la obra sigue demorada y detenida, aunque esa parte de la construcción tiene un 95 por ciento de avance.
Asimismo, se informó que mientras se espera que se cumpla el acuerdo para el tratamiento de aguas ácidas, entre la Municipalidad, la Gobernación, la Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin) y la Cooperación Minera de Bolivia (Comibol), se hacen exámenes laboratoriales del grado de acidez.
Y como se dijo líneas arriba, los funcionarios de la Alcaldía también deberían estar haciendo el análisis de lo que ocurre con las aguas servidas, cuyo tratamiento, a través de la planta que regenta la entidad edilicia, es enteramente responsabilidad de la municipalidad.
El costo total del embovedado del canal Tagarete, en sus dos tramos, está acordado entre el Ministerio de Medio Ambiente con el 49,6%, la Alcaldía de Oruro con 40,4% y la Gobernación con el 10%, de un total de 88.238.716 bolivianos, es decir 12.659.787 en dólares estadounidenses.
Existe una relación contractual entre los responsables del bombeo y tratamiento de aguas ácidas de San José y la empresa encargada de la ejecución del tramo II del embovedado, pero según las autoridades municipales, la misma no tuvo avances, no obstante, las autoridades ediles deben impulsar los acuerdos para que la obra no siga detenida ya que es una necesidad urgente para los orureños contar con ese embovedado.
El canal Tagarete, antaño era un río cristalino, pero se convirtió en un canal sucio y contaminado, donde se encontraron hasta cadáveres de animales y personas, por lo que se decidió su embovedado, por un lado, para evitar que sea foco de infecciones y por el otro, para que las aguas que lleguen al Uru Uru no estén contaminadas.
Por los motivos expuestos, es necesario que se garantice el tratamiento de aguas ácidas, previo al embovedado; y también se debe solucionar el asunto de las aguas servidas, para que el lago Uru Uru vuelva a ser un lugar lleno de vida y sea útil a quienes viven de sus productos como son los peces.
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